Siempre dijo que su vida estaría "irremediablemente" vinculada a los medios de comunicación (es la única hija de Belén Esteban y Jesulín de Ubrique), pero totalmente alejada del foco mediático. Y ha cumplido su palabra con creces. Con el sosiego, el esfuerzo y la serenidad que otorga el anonimato. Ese segundo plano del que nunca, jamás, ha querido salir Andrea Janeiro Esteban. Y oportunidades las ha tenido... ¡y muchas! Pero la hija más discreta de dos de las personas más famosas de todo el Estado jamás ha querido para ella el terrible mundo que le ha hecho multimillonaria a su polémica madre. Una batalla campal mediática alborotada por cámaras, micrófonos, flashes... y lo más terrible de todo: repleta de puñaladas por la espalda y de "decenas de culos para muy pocas sillas", como exclamaría la gran Mila Ximénez

Por ello, y como alabado acto de rebeldía, la pequeña de la Esteban marchó bien pronto a estudiar a Londres, a formarse con tan solo 18 años en ese sector audiovisual que tanto la ha rodeado desde bien pequeña. Pero en la otra parte, del lado del enemigo. Se apuntó en Radio y Producción Audiovisual en la prestigiosa Universidad de Westminster, y allí se licenció cuatro años después, nada menos que con matrícula de honor. El pasado año hizo prácticas en una emisora de la ciudad de Nueva York, como asistente de producción, y desde hace unos meses reside en el lado opuesto del país yanki: Los Ángeles. Allí conduce su propio espacio de entrevistas y es gestora de redes sociales. De hecho, es la social media manager de la conocida empresa de su madre: Sabores de la Esteban. Firma que por cierto ha impulsado la facturación de la alhameña Cool-Vega (su partner comercial).

Y es que, desde que su padre Jesulín decidió hace años no pagar sus costosos estudios, la joven no ha parado de trabajar. Por destacar varios ejemplos: en 2019 curró como ayudante de producción en Los 40 Principales, e incluso Sálvame y La última cena le sirvieron como aprendizaje y experiencia de marzo a junio de 2020. Discreta, constante y trabajadora, allí coincidió con su madre. Pero siempre en un segundo plano, detrás de las cámaras.