Supongo que los que han votado a favor de la desaparición de los vehículos sueñan con un futuro lleno de coches eléctricos pero solo hay que darse un paseo por cualquier pueblo o ciudad durante la noche y ver los miles y miles de vehículos que duermen en la calle. Por mucho que lo aceleremos, ni los hogares, ni la red eléctrica ni las distribuidoras están ahora mismo preparadas para ese idílico futuro de un mundo totalmente electrificado.
Ahora mismo optar por un coche eléctrico, además del factor precio que los hace muy poco competitivos, es más una labor de conciencia ecológica que de realidad de uso y eficacia. El daño que esta medida le puede hacer a corto plazo a los fabricantes de automóviles se va a traducir en cierres y despidos, y por mucho que queramos avanzar en el desarrollo del coche eléctrico, nos vamos a encontrar el problema de las baterías.
La idea de tener un futuro sin automóviles no es descabellada si pensamos en la opción de no poseer un coche sino de compartirlo mediante algún sistema de suscripción. El big data y la inteligencia artificial están evolucionando a una velocidad infinitamente mayor que las baterías de los automóviles y creo que aquí es donde está la solución.
Podremos compartir vehículo mediante sistemas de suscripción
Con todos los datos que existen en la actualidad podemos conocer cuales son las rutas, recorridos y usos de los automóviles en las ciudades, en las carreteras e incluso en el campo. Por tanto podemos conocer el número de vehículos máximo que podemos necesitar para dar solución a todos estos viajes pero bajo un nuevo modelo de negocio.
Aparecerán compañías con las que contrataremos el uso de vehículos, mediante un pago anual o mensual. A partir de aquí, mediante una App, solicitaremos un automóvil que pasará a recogernos por delante de nuestra casa y que nos llevará, seguramente compartiendo este vehículo con otras personas lo que optimizará su uso, y nos llevará al punto de destino conociendo de antemano el tiempo del recorrido porque todo está bajo control de un sistema que controla los semáforos, el estado del tráfico y cualquier incidencia que se pueda dar.
Todo esto puede parecer ciencia ficción, pero lo que si es una realidad es que nuestras ciudades no están preparadas en la actualidad para que todos los poseedores de un vehículo de automoción lo sustituyan por uno eléctrico. Imagina lo que supone una operación salida, esos puentes o primeros de mes de los meses de verano en los que todos nos echamos a la carretera para pasar en otro sitio las vacaciones.
En la actualidad no hay suficientes puntos de recarga para ese aluvión de coches recargando sus baterías. Pero es que al llegar al punto de destino tampoco tendremos las mismas condiciones que en nuestra casa donde quizás si tenemos un garaje con un cargador al que nos enchufamos durante toda la noche.
El futuro creo que no está en la sustitución de los vehículos de combustión por los eléctricos. La solución la vamos encontrar en dejar de poseer un coche que se pasa en el garaje el 90% de su vida y optar por los sistemas de suscripción mediante el alquiler compartido de vehículo.