El Baskonia logró en Coruña una victoria sin trascendencia que le permite encadenar tres triunfos consecutivos por primera vez en todo el curso y llegar en buena dinámica al arranque del play off contra el Madrid, aunque para ello tuvo que sufrir más de lo previsto y exprimirse en el tramo final de un igualado duelo de alta anotación y poca defensa.

Pablo Laso, que contó al fin con sus 13 jugadores a disposición y decidió dejar a Luka Samanic fuera de la convocatoria, no quiso cambiar su plan de partido pese al escaso valor del encuentro y apostó por su habitual quinteto inicial formado por Forrest, Howard, Luwawu-Cabarrot, Moneke y Hall. Durante los primeros minutos del encuentro, ambos conjuntos, que jugaron muy relajados, fueron intercambiándose golpes sin que ninguno se despegara en el marcador.

El Baskonia aprovechó la superioridad física de Moneke, Luwawu-Cabarrot y Diop para hacer daño por dentro, mientras que el Coruña se apoyó más bien en el juego exterior con los triples de Font, Jakovics o Scrubb. La segunda unidad azulgrana, que esta vez ingresó antes que en otras ocasiones para dosificar a sus jugadores, fue la encargada de establecer por primera vez una diferencia superior a los cinco puntos con un triple frontal de Baldwin a dos minutos del final del primer cuarto (17-23). Rogkavopoulos y Raieste le dieron continuidad con dos triples más, pero Verge y Thompkins evitaron que la brecha creciera al cierre de un parcial inicial de alta anotación (25-29).

El ataque siguió predominando sobre la defensa en el segundo cuarto, en el que el Baskonia amagó con romper el partido con un parcial de 0-10 con nuevos triples de Rogkavopoulos y Raieste, pero la pasividad defensiva, unida a una falta antideportiva del propio Raieste, permitió al Leyma Coruña replicar el golpe con otro 10-0 y volver a meterse en el encuentro (38-39).

El regreso a cancha de los titulares junto al joven Savkov, que también contó con minutos, sirvió para poner freno a la racha local y enfriar el partido con algo más de implicación defensiva, aunque, por otro lado, también tuvo mayores dificultades para anotar. El ritmo anotador bajó y la igualdad fue máxima, aunque el Baskonia llegó por delante al descanso gracias a una jugada de pizarra de Laso que salió a la perfección y finalizó Moneke (50-52).

Un constante tira y afloja

Al regreso de vestuarios, Howard, que había tenido una actuación discreta en la primera parte, se encargó de volver a dinamizar el ataque baskonista con dos triples seguidos para su equipo, que, sumados a una bandeja en transición de Moneke, sirvieron para recuperar una ventaja de dobles dígitos en dos minutos (52-62) y forzar el tiempo muerto de Epifanio. Al igual que sucedió en la primera parte, el Baskonia se relajó al verse por delante y los gallegos lo aprovecharon para reaccionar y mantener con vida el encuentro.

Pese a la sostenida producción ofensiva de Moneke, uno de los baskonistas que más en serio se tomó la cita, el Coruña encadenó un parcial de 18-7 comandado por tres triples de Barrueta y uno de Verge para conseguir darle la vuelta al marcador y colocarse por delante con el 70-69 que obligó a un desesperado Laso a parar el partido. Esta vez no entraron en la rotación Jaramaz ni Savkov y el Baskonia apretó al final del tercer cuarto para recuperar el mando y llegar a los diez minutos decisivos 75-79 arriba.

En el comienzo del último cuarto y con algunas intervenciones arbitrales que fueron muy cuestionadas por la afición local, el Baskonia fue poco a poco distanciándose y acercándose el triunfo. Hall, muy superior a sus emparejamientos en la zona, se fue creciendo y combinó buenas jugadas defensivas con rebote y algunos de sus espectaculares mates para impulsar a su equipo. El pívot se encargó de devolver la diferencia de diez puntos al marcador y Raieste, con su tercer triple, colocó el 81-94 con el que la balanza empezó a decantarse a cinco del final.

Lo volvió a intentar el Coruña, pero se encontró con las respuestas de Raieste y Rogkavopoulos para colocar el 94-103 a minuto y medio del final, momento en el que el partido se ensució con un enganchón entre Moneke y Burjanadze, que terminaron ambos eliminados tras sendas faltas técnicas. El duelo parecía sentenciado, pero aún hubo que sufrir, ya que los locales se colocaron a cuatro puntos con el 99-103, pero el triple de Thompkins no entró y, afortunadamente, el tiempo se consumió.