Era un verano muy similar al de este 2022 en cuanto a meteorología. Sin superar, eso sí, los 40 grados constantes, la apacible comarca del Campo de Borja disfrutaba de un agosto habitual. De un periodo estival como otros tantos, con sus calores, sus siestas, sus charlas a la fresca y su algún que otro turista despistado. Con más minutos para el sopor que para la fiesta. Pero todo cambió de forma abrupta el penúltimo sábado del mes.
Ese 21 de agosto, el Heraldo de Aragón recogía en sus páginas de Cultura un hecho insólito que había acontecido en el corazón del municipio, y a espaldas y desconocimiento de muchos de sus poco más de 5.000 habitantes. Una adorable abuela del pueblo, Cecilia Giménez, con más corazón y buenas intenciones que habilidades artísticas, había intentado restaurar un fresco intrascendente que, tras la publicación del reportaje, se convirtió en el Ecce Homo más conocido del mundo.
Algunos hallaron hasta parecidos razonables con Paquirrín tras la mano de Giménez, pero lo cierto es que el fallido retoque de la pintura ubicada en el Santuario de Misericordia, en un par de días dio la vuelta al mundo y se convirtió en todo un fenómeno pop. Quizá en el más popular de las últimas décadas: sketches en programas de televisión, entrevistas a su protagonista, disfraces, ilustraciones, pegatinas para carpetas, vehículos...
Tanta fama alcanzó que, en solo diez años, el Ecce Homo de Borja ha sido visitado por más de 300.000 personas procedentes de 130 países, ha generado unos jugosos ingresos de 450.000 euros, en 2016 se inauguró en el pueblo el Centro de Interpretación del Ecce Homo, e incluso en 2017 la revista especializada Art Info lo colocó en el número 52 de las obras de arte más icónicas creadas en el mundo entre 2007 y 2012. E incluso corrió el rumor durante meses de que el Museo de Arte Moderno de Nueva York, el respetadísimo MoMA, se interesó en comprarlo, según destacó el productor Scott Cleverdon.
Toda una revolución casi irrepetible dentro de la cultura pop que, a pesar del paso del tiempo y de la pandemia, sigue generando adeptos. Y eso que un incendio que hace días afectó a varios municipios del Moncayo y calcinó 6.000 hectáreas, estuvo a las puertas del santuario. Pero no hay día en el que el Ecce Homo no reciba la visita de turistas curiosos. Incluso el Ayuntamiento de Borja organizará el próximo mes de septiembre una gala para conmemorar dicho décimo aniversario y homenajear a su vecina más ilustre: Cecilia Giménez.