La nueva gama de quesos es de pequeña producción o de representación menor. Con la ayuda del departamento de agroalimentación del Gobierno Vasco se realizó una cata de productos Eusko Label que llevan desde hace aproximadamente un año en el mercado, y es de destacar que muchas de las nuevas queserías están dirigidas por mujeres.

En palabras de Josu Garaialde, director de promoción sectorial de Hazi, que contextualizó el evento junto a Aitor Buendía, de La ruta slow de radio Euskadi, históricamente los quesos más rentables para los queseros han sido, sobre todo, los realizados en la cercanía de las ciudades, que se vendían en los mercados de alrededor. Dicho factor ha ido evolucionando junto a la seguridad alimentaria, la más higienizada del Estado, según Garaialde. Hoy, con la modernización y extensión del transporte esto ya no sucede así, y el lugar de producción ha dejado de ser un dato definitivo. 

En cuanto a los quesos de cabra, se dijo que han sido minoritarios, ya que es un animal que ha sido perseguido históricamente porque “se comía los retoños más jóvenes, lo que afectaba al bosque que nutría la construcción naval de la parte atlántica”. El pastoreo de la cabra ha estado prohibido y hoy en día sigue siendo así. Es un animal que no tiene raza autóctona vasca. 

Y respecto de los realizados con leche de vaca, han tenido menos prestigio por su corta maduración y sabor ligero.

Durante el acto se celebró una cata de quesos con Eusko Label. Esta fue la selección:

Fraisoro: Queso tradicional de vaca, de corteza amarillenta y sabor suave de la escuela agraria de Zizurkil. El centro se creó a finales del siglo XIX y en 1902 ya lo realizaban. En los años 60 desapareció, ya que la venta de leche daba más rentabilidad. Luego se quiso recuperar una marca que fue estupenda representante de los quesos del país. 

Ontzara: Tierno y de corteza amarillenta, se le denomina queso de cesto. En 1982 el Gobierno Vasco hizo un estudio al respecto con el apoyo de Enric Canut, ingeniero técnico agrícola especialista en quesería. Se trata de quesos sin prensar realizados de manera artesanal con las antiguas técnicas de los queseros de la zona occidental de Euskadi, que va desde la comarca de las Encartaciones hasta el Valle de Ayala.

Saroi: De sabor suave, es mezcla de leche de vaca y oveja. Un queso de las montañas y una de las referencias más antiguas, anterior incluso al nacimiento de los propios caseríos, espacios ganaderos y pastoriles tradicionalmente de propiedad comunal, gestionado por los unaiak, los vaqueros vascos.

Auntzai ondua: Sabor característico de este tipo de leche, la de cabra. Se trata de un queso enzimático prensado con leche cruda o pasteurizada, poco habitual por la complejidad sanitaria en su proceso.

Latxa urdina: Esta elaboración de poca tradición en Euskadi está realizada con leche de oveja latxa 100 %. Procedente de Francia, es una novedad que se introduce dentro de la marca Eusko Label y que el gran Ramón Liceaga, fallecido en 2017, ya lo producía hace más de una década.

Como broche final, catamos las elaboraciones de Fede Pacha & Co, en un menú basado con productos de cercanía, con platos realizados como la Ensalada de sandía con queso txuria, guindillas de Ibarra y cebolla encurtida, el Txangurro a la donostiarra hojaldrado con crema de queso Saroi mezclado con huevas de trucha y micro mezclun de la huerta Karabeleko de Hernani, y para finalizar un Cremoso realizado con el queso Latxa Urdina y crumble de almendras con helado artesanal de Suhotz de Astigarraga.