El régimen talibán ha atribuido a la "arrogancia" las denuncias internacionales a la ley adoptada la semana pasada y que introduce nuevas restricciones para las mujeres, entre ellas que no se pueda escuchar su voz en público, y ha criticado la "ignorancia" hacia la 'sharia', a la que se agarra el régimen integrista para seguir recortando derechos y libertades en Afganistán.

La Ley para la Promoción de la Virtud y la Prevención del Vicio introduce una batería de supuestos susceptibles de ser castigados en Afganistán, con limitaciones adicionales para colectivos vulnerables como el de las mujeres, a las que se impone el uso obligatorio del hiyab, o una censura adicional sobre los medios de comunicación.

Ante la batería de críticas de gobiernos extranjeros y organismos defensores de los Derechos Humanios, el principal portavoz talibán, Zabihulá Muyahid, ha afirmado este lunes en un comunicado que si los "no musulmanes" les interesa la reforma deberían primero "informarse" sobre los valores islámicos.

También el ministro del ramo, Mohamad Jalid Hanafi, ha defendido la nueva ley en un encuentro con líderes locales y religiosos, aunque en su caso para restar importancia a las críticas de organismos como la ONU. En este sentido, ha defendido que el régimen se ciñe a la ley islámica y que aplicar cuestiones como el hiyab es una "línea roja", informa Tolo News.

"Si el Emirato Islámico interactúa con el mundo, lo hace conforme al marco de la 'sharia'", ha dicho, utilizando el nombre oficial del Gobierno instaurado hace ya más de tres años. Por tanto, Hanafi ha instado a todos los grupos y a autoridades a poner en práctica los nuevos protocolos.

La ONU ha pedido en vano a los talibán algún mínimo avance en materia de derechos y, tras la última reforma, ha advertido de que este tipo de medidas alejan más aún a Afganistán de la esfera internacional. Ningún país del mundo reconoce al régimen integrista, que se ha limitado por ahora a nombrar algún embajador en embajadas que declara bajo su control.