Al menos 21 militares israelíes murieron el lunes en una zona situada en el centro de la Franja de Gaza tras un ataque con granada propulsada con cohete contra un carro de combate que protegía a un grupo de soldados que estaban colocando explosivos en dos edificios para su demolición y el posterior derrumbe de estas estructuras. Se trata de la jornada más sangrienta para las tropas israelíes desde el inicio de la ofensiva terrestre en el enclave, el pasado 27 de octubre.
El portavoz del Ejército israelí, Daniel Hagari, ha explicado que "las fuerzas estaban operando en un espacio que separa localidades israelíes de Gaza, cerca de Kisufim" y ha agregado que se encontraban "a unos 600 metros de la frontera".
Así, ha sostenido que estas fuerzas estaban encargadas de "eliminar edificios e infraestructura terrorista" en el área para "crear las condiciones de seguridad adecuadas para el retorno a sus hogares de los residentes del sur (de Israel)", según un comunicado publicado por el Ejército a través de su página web.
Hagari ha manifestado que, según las informaciones disponibles en estos momentos, "una granada propulsada por cohete fue disparada por terroristas contra un carro de combate que daba seguridad a las fuerzas y, al mismo tiempo, tuvo lugar una explosión en dos edificios que se derrumbaron a consecuencia de ello".
"La mayoría de los militares estaban dentro y cerca de los edificios", ha detallado Hagari, que ha añadido que "los edificios se derrumbaron aparentemente a causa de las minas colocadas por nuestras fuerzas en su interior para derribar los edificios".
"Aún estamos investigando los detalles del incidente y la causa de la explosión", ha apuntado, antes de añadir que las fuerzas desplegadas en la zona han participado durante las últimas horas en esfuerzos para rescatar a los presentes y localizar y evacuar a las víctimas, en una operación "muy complicada".
Hagari ha desvelado además los nombres de diez de los muertos en el incidente, una vez que sus familias han sido notificadas. "Quiero dejar claro que publicamos información verificada sólo después de informar a las familias. Detrás de los rumores hay familias que atraviesan sus momentos más difíciles", ha argüido.
"La guerra tiene un coste muy grande y doloroso. Estos reservistas, que dieron un paso al frente por la bandera, sacrificaron lo más valioso de todo por la seguridad del Estado de Israel y para que todos podamos vivir aquí de forma segura", ha remachado el portavoz del Ejército de Israel.
Por el momento ningún grupo ha reclamado la autoría del ataque, si bien las Brigadas Ezzeldín al Qassam, brazo armado del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), han publicado en su cuenta en Telegram un montaje en el que se puede ver un número 20 explotando y numerosos cascos militares en el suelo.
REACCIONES EN ISRAEL
Tras el anuncio de Hagari, el ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, ha hablado de "una mañana difícil y dolorosa". "Nuestros corazones están con las familias en su momento más difícil", ha sostenido en un mensaje publicado en su cuenta en la red social X. "Esta es una guerra que determinará el futuro de Israel durante las próximas décadas. Nuestros soldados caídos nos obligan a lograr los objetivos de la guerra", ha dicho, antes de trasladar sus condolencias a los familiares de los militares fallecidos.
Asimismo, el presidente de Israel, Isaac Herzog, ha dicho que se trata de "una mañana insoportablemente difícil" y ha lamentado que "cada vez más nombres de los mejores hijos (de Israel) se añadan a las tumbas de los héroes, en una guerra en la que no hay justicia". "Las intensas batallas están teniendo lugar en un espacio extremadamente desafiante y enviamos fortaleza a los soldados y a las fuerzas de seguridad, que trabajan con determinación interminable para materializar los objetivos de la batalla", ha manifestado.
Herzog ha trasladado igualmente sus condolencias a las familias de los fallecidos, algo que también ha hecho Benjamin Gantz, miembro del gabinete de guerra creado en Israel tras los ataques ejecutados el 7 de octubre por Hamás.
En este sentido, Gantz ha hablado de "una mañana difícil" y ha pedido "permanecer unidos, recordar el alto precio que Israel está forzado a pagar por una guerra justa y el noble objetivo por el que han caído los héroes: asegurar el futuro, lograr la vuelta de nuestras hijas e hijos y cuidar de Israel para siempre".
Por su parte, el ministro de Seguridad Nacional, el ultraderechista Itamar Ben Gvir, ha hablado igualmente de una "mañana difícil y dolorosa" y ha reseñado que el suceso "deja más claro que nunca" que el Ejército no debe reducir la intensidad de sus operaciones en la Franja de Gaza.
"Debemos seguir cometiendo, aplastando y arrasando al enemigo nazi en Gaza, con todo nuestro poder", ha dicho. "La sangre de cientos de nuestros mejores hijos no fue derramada en vano", ha señalado Ben Gvir, quien ha abogado por "aplastar y destruir a Hamás y lograr la vuelta de todos los rehenes", según ha informado el diario 'The Times of Israel'.
De esta forma, ascienden a cerca de 220 los militares de Israel muertos desde el inicio de la ofensiva contra Gaza, lanzada tras los ataques perpetrados por Hamás, que dejaron cerca de 1.200 muertos y unos 240 secuestrados --130 de los cuales siguen retenidos--, según los balances de las autoridades israelíes.
Las autoridades de Gaza, controladas por el grupo islamista, han denunciado hasta la fecha cerca de 25.300 muertos por los ataques de Israel, a los que se suman unos 360 palestinos muertos en Cisjordania y Jerusalén Este a manos de las fuerzas de seguridad israelíes y en ataques por parte de colonos desde el 7 de octubre.