El acuerdo de paz del Viernes Santo relanzó el objetivo de la reunificación de Irlanda por medios democráticos y ahora, a punto de cumplir 25 años, aún puede servir como referente para la resolución de los conflictos separatistas en Euskadi o Catalunya, aseguró a EFE el ex primer ministro irlandés Bertie Ahern, uno de los principales arquitectos de aquel histórico pacto.

Tras meses de intensas conversaciones, el documento que cerró el conflicto en Irlanda del Norte se firmó finalmente el 10 de abril de 1998 y dio paso a un proceso de paz con altibajos y todavía en marcha, pero en el que los nacionalistas proirlandeses y unionistas probritánicos comparten gobierno (cuando no está suspendido) y dirimen sus diferencias sin la amenaza de la violencia y sin renunciar a sus aspiraciones.

Ahern, de 71 años, dejó el puesto de "taoiseach" (primer ministro) en 2008 al verse envuelto en varios casos de corrupción, pero su prestigio como hábil negociador ha seguido intacto y su experiencia ha sido reclamada para analizar la situación catalana y vasca.

Aunque advierte de que "no hay dos conflictos iguales", subraya que solo puede haber diálogo cuando callan las armas, como ocurrió en Euskadi con la disolución de ETA, y no existen coacciones políticas, en referencia al referéndum de secesión ilegal organizado en Catalunya en 2017.

MÁS AUTONOMÍA A CAMBIO DE LA INDEPENDENCIA

    En ambos casos, Ahern cree que, si se cumplen esas condiciones, puede haber avances para que el Gobierno de Madrid conceda "más autonomía", pero ve "difícil" que Euskadi y Catalunya puedan lograr la independencia porque "España está muy integrada".

La voluntad política, insiste, es clave. Sucesivos gobiernos en Dublín y Londres, recuerda, ya trataron durante décadas de adentrarse en el laberinto norirlandés, en intentos negociadores que fracasaron hasta su llegada al poder en 1997, coincidiendo con la de su colega británico, el laborista Tony Blair.

Ambos líderes, que contaron que la decisiva mediación de la administración estadounidense, presidida por Bill Clinton, sentaron la bases para silenciar primero las armas con treguas de los paramilitares y crear después un clima de confianza en el que antiguos enemigos pudieron sentarse a dialogar cara a cara, algo impensable hasta entonces.

"Recuerdo que hace muchos años, cuando estaba el primer ministro (español José María) Aznar, yo estaba en una conferencia de prensa muy multitudinaria e insistí en que no hay dos conflictos iguales. No se pueden hacer comparaciones entre países diferentes. Mi consejo entonces era que debían hacer todo lo posible para detener la violencia", observa el político nacionalista.

Tras abandonar el poder, Ahern siguió implicado en la mediación a través de un grupo de trabajo del Foro Económico Mundial creado para abordar la resolución de conflictos en el mundo, lo que le llevó a visitar el País Vasco en varias ocasiones entre 2010 y 2011.

SOLO VALE LA VÍA DEMOCRÁTICA

    "Entonces ETA aún existía y yo participaba en conversaciones y conferencias en las que le decía a la gente que debía perseguir sus objetivos y ambiciones por medios pacíficos. Esa es la única manera de defender tus posiciones, por vías constructivas y de diálogo".

En ese contexto, dice, las partes están dispuestas a ceder terreno, como demuestra la evolución del acuerdo del Viernes Santo.

El pacto propició, entre otros hitos, la desmilitarización de la región, la reforma de una Policía considerada sectaria por los católicos, la excarcelación de presos y el desarme del principal grupo terrorista, el Ejército Republicano Irlandés (IRA), responsable de más de 3.000 muertos durante casi 30 años de conflicto.

Ha sido un proceso lento y tortuoso cuyo gran logro, sostiene Ahern, ha sido "crear una sociedad en paz", si bien los políticos, lamenta, no han sabido mantener la estabilidad institucional y avanzar en la reconciliación entre las dos comunidades históricamente enfrentadas en Irlanda del Norte, aún muy divididas por cuestiones identitarias.

El Brexit, apoyado por los unionistas y rechazado por los nacionalistas es, además, una nueva amenaza en el tablero norirlandés y por eso es importante conmemorar el 25 aniversario del pacto que refrendó la vía democrática, destaca.

El ex primer ministro se reunió el pasado mes en Dublín con el presidente de la Generalitat de Catalunya, Pere Aragonès, quien se interesó por la vía norirlandesa y aprovechó para explicarle el propio proceso de diálogo que mantiene con el Gobierno español para lograr un referéndum de autodeterminación pactado.

"Lo veo difícil. Creo que quizá lo que podrían conseguir son nuevos arreglos entre Cataluña y Madrid, pero me cuesta mucho imaginar que logren separarse porque España está muy integrada", concluyó Ahern en la entrevista.