Las elecciones municipales de Cuba de este domingo se encaminan a arrojar el nivel de abstencionismo más alto en unas locales desde que se instauraron este tipo de comicios en la isla en 1976.

Con corte de las 17.00 hora local (22.00 GMT), el último divulgado, a dos horas del cierre de los colegios, la participación se situaba en el 63,85 % (abstención del 36,15 %), 18,2 puntos por debajo de la tasa a esa misma hora en las elecciones locales previas, las de 2017.

Desde 1976, cuando se celebraron las primeras elecciones municipales desde el triunfo de la revolución (1959), la participación había oscilado entre el 98,7 % de 1984 y el 85,94 % de 2017.

Los electores se mostraron reacios a participar a pesar de que la hora del cierre de los colegios se retrasó una hora, contemplado originalmente a las 18.00 hora local (23.00 GMT), "a solicitud de los consejos electorales en varios territorios y de los propios electores", según explicó el Consejo Electoral Nacional (CEN) sin aportar más detalles.

Los niveles de desmovilización registrados recuerdan a la abstención del 26 % que se registró en el referendo del Código de las Familias del pasado septiembre. Entonces el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, se refirió a un "voto de castigo" por las consecuencias económicas de la pandemia.

Entre las razones tras ese índice de abstención se encuentran, según distintos observadores, el hastío de cierta parte de la población después de dos años de grave crisis económica y energética, la falta de información ante la ausencia de campaña electoral y los llamamientos de parte de la oposición, dentro y fuera de la isla, a no votar.

Desmovilización

A primera hora de la mañana, Díaz-Canel apuntó desde su colegio electoral que el país acudía a las urnas a pesar de "la asfixia económica" y una "campaña de descrédito".

Desde hace unas semanas, distintos grupos opositores -sobre todo desde el exilio- empujaron desde las redes sociales la opción de la abstención, aunque no existe una manera real de medir hasta qué punto pudieron influir en el resultado final.

También por la mañana, el ministro de Exteriores, Bruno Rodríguez, afirmó que la campaña de la disidencia "no hace mella" en el pueblo cubano y vaticinó una "muy alta participación".

Asimismo, las elecciones tuvieron lugar -como ya pasó con el referendo del Código de las Familias, aprobado con el 66,87 %- en medio de la peor crisis económica y energética al menos desde los años 90, que se traduce en carestía de productos básicos, una inflación galopante y apagones cada vez más largos y generalizados.

Mayores y simpatizantes

EFE pudo comprobar en un recorrido por tres centros de votación en los primeros compases de esta jornada electoral una baja afluencia de personas. Quienes asistieron desde que se abrieron los colegios a las 7.00 (12.00 GMT) eran, sobre todo, personas mayores o simpatizantes del Gobierno.

Otro común denominador fue la falta de votantes por debajo de los 30 años. De acuerdo con datos oficiales, 22.205 jóvenes podrán acudir por primera vez a las urnas.

Para Richard Romero, de 41, hace falta "llegar" a la juventud. "Hay que saber acercarnos a ellos. Los chicos están en otra cosa", dijo a EFE después de emitir su voto en el municipio habanero de Playa.

Descontento

En este recorrido EFE también pudo comprobar un cierto desconocimiento en un no menor número de participantes sobre el papel de los delegados de barrio en el organigrama político cubano.

Los delegados se encargan de la gestión directa de problemas y quejas en sus comunidades y conforman las Asambleas Municipales del Poder Popular, el nivel administrativo más cercano al ciudadano.

Entre las funciones de esta asamblea está la puesta en marcha de una Comisión de Candidaturas, que selecciona candidatos para el parlamento unicameral cubano.

Estos comicios son, de hecho, el pistoletazo de salida de un proceso que concluirá el próximo año para conformar el Parlamento, que a su vez, elegirá al presidente de la República. Díaz-Canel puede optar a un segundo mandato consecutivo, según la Constitución de 2019.

Sin campañas

En la isla no existen las campañas políticas, sin embargo, los medios estatales difundieron en los días previos informaciones sobre los comicios, aunque sin incidir en los detalles prácticos ni en la importancia de la elección como punto de arranque del proceso de renovación de los principales cargos del país.

Estas últimas competencias eran desconocidas para un importante número de votantes entrevistados a las afueras de su centro de votación, incluida la propia vocal de la mesa de un colegio. "Yo no sé, nos ayudan mucho, pero de eso no le sabría decir", respondió a EFE.

Quejas y denuncias

Otro elemento marcado en la jornada fueron las quejas de organizaciones de la sociedad civil independiente por la detención de activistas que intentaban ejercer de observadores en el proceso. También denunciaron que las fuerzas de seguridad impidieron a algunos de ellos salir de sus domicilios.

Según los datos oficiales, de los más de 26.000 candidatos que se presentaban a las elecciones, un 70 % milita en el Partido Comunista de Cuba (PCC) o en la Unión de Jóvenes Comunistas. Además, el 44 % son mujeres, el 7 % son jóvenes y solo el 27 % opta a repetir en su cargo.