Desde este miércoles por la tarde el palacio de Westminster acoge la capilla ardiente de la reina Isabel II, por la que ya han pasado miles de ciudadanos que han querido despedir a la soberana fallecida el pasado jueves.

La capilla ardiente se mantendrá hasta el próximo lunes, cuando el féretro se trasladará a la cercana abadía de Westminster para la celebración del funeral de la soberana. Hasta entonces, una decena de guardias reales se encargan de la custodia del féretro. Para ello, deben pasar muchas horas de pie y en una postura rígida, tal y como establece el protocolo.

Este miércoles, algunos de los ciudadanos que se acercaron a la capilla ardiente se llevaron un buen susto cuando uno de los guardias reales se desmayó y cayó contra el suelo. En las imágenes, se aprecia como se empieza a tambalear, se descompensa y cae.

Inmediatamente, otros guardias acudieron en su ayuda. La escena provocó gritos de varias de las personas que se encontraban en la sala, lo que obligó a interrumpir durante unos minutos la retransmisión que se hace de la capilla ardiente. La cosa, no obstante, no pasó a mayores y el guardia real recibió atención médica y fue sustituido, por lo que el público pudo seguir desfilando por la capilla ardiente.