Las autoridades de Ucrania han denunciado este viernes un nuevo asalto por parte de las fuerzas rusas contra la planta metalúrgica Azovstal, situada en la ciudad de Mariúpol (sureste), el último foco de resistencia activo en la ciudad, escenario de una ofensiva desde hace cerca de dos meses.
"Los ocupantes, bajo la cobertura de disparos de artillería, están intentando irrumpir en el centro de la planta", ha dicho Petro Andriushchenko, uno de los asesores de la Alcaldía de Mariúpol. "La situación se está complicando a cada día que pasa", ha agregado a través de su cuenta en Telegram.
La acería se encuentra totalmente cercada y bloqueada por las fuerzas rusas y las milicias separatistas ucranianas, que han exigido a las fuerzas ucranianas, entre las que destacan efectivos del Batallón Azov, de ideología neonazi e integrado en el Ministerio del Interior, que se entreguen.
Evacuación de cientos de civiles: "No es suficiente"
A través de la mediación de Naciones Unidas y después de un acuerdo con Ucrania y Rusia, durante la semana pasada se llevaron a cabo una serie de evacuaciones para sacar del lugar a cientos de civiles que estaban atrapados y que habían buscado refugio en la acería a causa de los combates en Mariúpol.
La subsecretaria general de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), Jane Msuya, ha descrito como "un rayo de esperanza" estas evacuaciones, en las que más de 600 personas han sido trasladadas a lugares seguros desde la acería, Mariúpol y localidades cercanas.
Sin embargo, ha reseñado que "esto no es para nada suficiente" y ha reclamado a las partes que "continúen los esfuerzos de facilitación para poder llegar a más civiles". "Esto exige de ellos el Derecho Humanitario. Debemos adoptar rápidamente esfuerzos para aumentar (estos trabajos)", ha argüido.
Mujeres y niños están pagando "el mayor precio"
"Como hemos visto durante estos últimos días, esta guerra continúa en su camino destructivo. Los intensos combates están causando un inmenso sufrimiento humano. Los civiles, particularmente mujeres y niños están pagando el mayor precio", ha destacado.
En este sentido, ha hecho hincapié en que "las hostilidades en zonas pobladas son extremadamente destructivas" y ha reiterado que "el uso de armas explosivas de gran alcance en estas zonas tiene un alto riesgo de efectos indiscriminados, por lo que debe evitarse su utilización".
La presencia de minas dificulta el acceso humanitario
"La presencia de minas y artefactos no explotados tienen además un impacto significativo sobre la respuesta y el acceso humanitario. Incluso antes de esta guerra, el este de Ucrania era una de las regiones del mundo con mayor contaminación por minas. Apoyar la acción de desminado es crucial", ha argumentado.
Por otra parte, Msuya ha recordado que el Derecho Internacional exige respetar a los civiles y permitirles abandonar las zonas de hostilidades "de forma voluntaria y segura". "Pido a las partes en conflicto que retiren cualquier barrera al movimiento de personal humanitario para garantizar la continuada entrega de asistencia vital en Ucrania", ha agregado.
Rusia mantiene los ataques en el este
Rusia está enviando artillería adicional a su zona fronteriza del sur, en la región de Briansk, limítrofe con el norte de Ucrania, para ampliar los bombardeos en los asentamientos de la región de Chernígov, cercanos a Kiev.
Estas operaciones ofensivas son especialmente virulentas en la Zona Operacional del Este de Ucrania, donde los rusos siguen tratando de controlar de forma total las regiones prorrusas de Donetsk y Lugansk, en el este del país, y Jersón, en el sur y parcialmente ocupada.
Tensión al alza en Transnistria
Con ello tratan de mantener un corredor terrestre entre estas regiones y la península de Crimea, que Moscú se anexionó en 2014. Al mismo tiempo, "el enemigo mantiene la tensión en la región de Transnistria de la República de Moldavia y en la República de Bielorrusia", aseguró el Estado Mayor ucraniano.
En lo que respecta a Járkov, fuertemente bombardeada durante los últimos días, los rusos no han realizado operaciones ofensivas en las últimos horas. Sus principales esfuerzos, según el parte ucraniano, se concentraron en impedir el avance de las tropas ucranianas hacia el asentamiento de Vesele, en esa región vecina de la prorrusa Donestk.
Destrucción de hospitales e instalaciones sanitarias
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, ha afirmado de que, desde que comenzó la invasión rusa en el país, las tropas rusas han destruido al menos 570 instalaciones sanitarias y 101 hospitales han sido completamente destruidos.
"¿Qué es? Esto no tiene sentido", ha señalado el mandatario ucraniano, asegurando que durante la noche de este jueves han atacado escuelas en la región de Chernígov, así como edificios residenciales en la región de Zaporiyia y se han registrado ataques, también, en Poltava y Kremenchuk.
"La derrota estratégica de Rusia ya es obvia para todos en el mundo e incluso para aquellos que aún continúan comunicándose con ellos. Rusia simplemente carece de coraje para admitirlo hasta ahora. Son cobardes. Y están tratando de ocultar la verdad detrás de los ataques con misiles, aire y artillería", ha señalado.