- La derrocada líder birmana, Aung San Suu Kyi, fue condenada ayer por un tribunal especial de Naipyidó a cinco años de prisión en la primera de la decena de cargos por corrupción presentados en su contra por la junta militar que tomó el poder en febrero de 2021, informaron fuentes próximas al caso.
La premio Nobel de la Paz, que podría llegar a acumular penas de más de 150 años de cárcel de ser culpada por todos los delitos de los que se le juzga, fue condenada ayer por aceptar 600.000 dólares y 11,4 kilos de oro en sobornos de manos del exgobernador de Rangún, Phyo Min Thein, quien testificó en octubre contra la birmana.
Uno de los letrados que representan a Suu Kyi, a quienes ahora la junta prohíbe hablar con los medios, calificó en junio cuando se presentó la denuncia de “absurda” e “injustificada” y remarcó que la “codicia” no es uno de los rasgos personales de Suu Kyi.
Esta pena, que se suma a los seis años de prisión a los que fue condenada entre diciembre y enero tras ser encontrada culpable de cuatro variopintos delitos, es un nuevo varapalo para la depuesta Consejera de Estado, de quien el régimen castrense solo ha ofrecido un par de fotografías desde que fue detenida durante el golpe de Estado.
Sus propios abogados no pudieron reunirse ayer con la acusada, confirmaron fuentes cercanas al proceso.
La junta militar ha orquestado una campaña de desprestigio contra la política birmana desde la sublevación, que puso fin a la incipiente democracia birmana, a través de una maraña de procesos judiciales que se dirimen de manera opaca y a puerta cerrada en un tribunal especial de la capital birmana, confeccionado a medida para Suu Kyi y otros altos miembros electos del derrocado gobierno civil.
“Los días en libertad para Suu Kyi han terminado. La junta birmana y los tribunales afines se encaminan hacia lo que equivale a una condena perpetua para Suu Kyi, debido a su avanzada edad” de 76 años, apunta en un comunicado Phil Robertson, subdirector para Asia de la ONG Human Rights Watch.
Se desconoce donde permanece cautiva la líder birmana mientras cumple condena. Sus abogados revelaron tras su primera condena que vieron a la derrocada líder con una camisa blanca y un longyi o falda birmana marrón, el traje que llevan las presidiarias en el país.
Suu Kyi, quien ya recibió dos condenas en diciembre y otras dos en enero por diversos delitos como vulnerar las leyes contra la pandemia y la importación de dispositivos de telecomunicación, todavía tiene que ser juzgada por al menos otros 10 presuntos delitos de corrupción.
Entre otros cargos, Suu Kyi es acusada de supuestamente abusar de su posición para el alquiler de terrenos, apropiarse de fondos donados a una fundación que ella presidía y construir una residencia con estos, y por la compra y alquiler de helicópteros, todos estos delitos penados con hasta 15 años.