- Una serie de ataques terroristas en menos de 24 horas en la autoproclamada república moldava de Transnistria (RMT), de mayoría rusohablante y fronteriza con Ucrania, disparó ayer las tensiones en esa explosiva región. “Según la información de la que disponemos, los intentos de escalada están relacionadas con fuerzas internas de Transnistria que quieren una guerra y están interesadas en desestabilizar la situación”, dijo la presidenta de Moldavia, Maia Sandu, tras reunirse de urgencia con el Consejo Supremo de Seguridad del país.
La mandataria condenó a su vez “todas la provocaciones y los intentos de involucrar a Moldavia en acciones que puedan amenazar la paz en el país”. “Chisinau continúa insistiendo en un arreglo pacífico al conflicto de Transnistria”, recalcó.
Desde Tiráspol, la capital de la RMT, el presidente de los separatistas Vadim Krasnoselski, apuntó a Ucrania como posible responsable de la autoría de los ataques, que no causaron víctimas.
Según la Presidencia de la RMT, entre el lunes y ayer “hubo tres ataques terroristas en Transnistria. Dispararon lanzagranadas contra el edificio del Ministerio de Seguridad del Estado, hubo dos explosiones en el centro de la radiotelevisión del pueblo de Maiak y también atacaron una unidad militar en Parcani”.
“Como muestran las primeras conclusiones de las investigaciones, las huellas de estos ataques conducen a Ucrania”, escribió Krasnoselski en su cuenta de Telegram. El líder de los separatistas indicó que los organizadores de los ataques busca involucrar a Transnistria en el conflicto que tiene lugar en Ucrania.
“Después del comienzo de la acciones de combate en Ucrania, Transnistria ha mantenido la neutralidad y declaro abiertamente que no somos agresores, que Transnistria no ha planeado ni planea ataques contra nuestros vecinos”, aseveró. De hecho, según Krasnoselski, actualmente Transnistria acoge a cerca de 25.000 refugiados ucranianos.
Tras los ataques, las autoridades de la región separatista decretó nivel rojo de amenaza terrorista durante 15 días, medida que supone el endurecimiento de las medidas de seguridad en todo su territorio, que incluye el establecimiento de puestos de control en los accesos a todos los núcleos urbanos.
Por razones de seguridad también fue cancelada la tradicional parada militar del 9 de mayo en Tiráspol con la que se celebra el aniversario de la victoria de la Unión Soviética sobre la Alemania nazi.
Rusia, que mantiene un contingente militar de paz en Transnistria, “sigue muy atentamente” la situación en la región, afirmó el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov. “Sin duda, las noticias que llegan desde allí causan preocupación”, añadió.
Peskov negó ayer que el presidente ruso, Vladímir Putin, planee mantener consultas con su homóloga moldava para abordar la situación en Transnistria al contestar a una pregunta al respecto.
“No quisiéramos que como resultado de la investigación se estableciera que tras esto (los ataques en Transnistria) se encuentran las mismas fuerzas que provocan la violencia en regiones vecinas”, declaró por su parte el viceministro de Exteriores ruso Andréi Rudenko.
El diplomático, miembro de la delegación rusa que se ha reunido con representantes ucranianos para explorar la posibilidad de un acuerdo para poner fin a la acciones militares lanzadas por Rusia en Ucrania el 24 de febrero pasado, se abstuvo de adelantar la reacción de Moscú en caso de que Transnistria se vea arrastrada a este conflicto.
Plan de Moscú. El agravamiento de la situación en Transnistria se produce después de que un alto mando ruso admitiera que el plan militar de Moscú en Ucrania es crear un corredor desde el Donbás hasta la península de Crimea y extenderlo desde allí, por el sur ucraniano, hasta Transnistria. “El control sobre el sur de Ucrania es además una vía de acceder a Transnistria donde también se constatan los hechos de discriminación contra los residentes de habla rusa”, afirmó el comandante.