- El alcalde de la ciudad portuaria ucraniana de Mariúpol, Vadim Boychenko, cifró ayer en más de 20.000 los civiles muertos en este puerto ucraniano desde el inicio de la guerra y precisó que más de 100.000 permanecen en esa urbe asediada del sureste del país. “Ya tenemos una triste cifra; más de 20.000 residentes locales, nuestros civiles, son mujeres, niños, lamentablemente murieron”, dijo.
Agregó que las tropas rusas siguen obstaculizando la evacuación. “Entendemos que más de 100.000 personas, por desgracia, permanecen en la ciudad. Suplican ser rescatados”, indicó.
Subrayó una vez más que, “lamentablemente, las tropas de ocupación rusas llevan dos días frustrando la evacuación, no dejan salir a la población que se está reuniendo en los lugares determinados para la evacuación”. “Se burlan de ellos”, denunció.
Por su parte, el asesor de la Presidencia ucraniana Mijailo Podolyak sugirió ayer a Rusia la celebración de una ronda especial de conversaciones sobre Mariúpol, al tiempo que denunció que incluso por la Pascua ortodoxa las tropas rusas bombardean la acería Azovstal, último núcleo de resistencia de esa ciudad del sureste de Ucrania.
En un mensaje en Twitter, recogido por las agencias Unian y Ukrinform, Podolyak, miembro de la delegación negociadora, sugiere “que Rusia piense en los restos de su reputación”.
“Esto requiere sólo ‘tres pasos de Mariúpol’: declarar una verdadera tregua de Pascua sobre Mariúpol, conceder de inmediato un corredor humanitario para los civiles y convenir una “ronda especial de negociaciones” para que podamos recoger soldados”, resumió.
Al mismo tiempo denunció los bombardeos a la planta acerera Azovstal, donde se refugian civiles y soldados. “Pascua 2022. Pero ahora mismo la Federación Rusa está atacando Azovstal en Mariúpol sin parar. El lugar donde se encuentran nuestros civiles y militares está siendo atacado con bombas aéreas, bombardeado con artillería, y se está concentrando intensivamente fuerzas y equipos para un asalto. ¿Quién dio allí la orden de “no asaltar”?”, escribe.
El presidente ruso, Vladímir Putin, anuló el pasado jueves el asalto a la fortificada fábrica metalúrgica para salvar las vidas de los soldados rusos, pero ordenó bloquearla de tal manera que “no pase ni una mosca”.
Por su parte, la viceprimera ministra ucraniana y titular de Reintegración de los Territorios Temporalmente Ocupados de Ucrania, Iryna Vereshchuk, exigió ayer a la ONU que garantice un corredor humanitario y un alto el fuego en Mariúpol.
“Ya no pedimos, exigimos que la ONU garantice un alto el fuego y la apertura de un corredor humanitario tanto desde Azovstal como desde Mariúpol en su conjunto”, dijo.
Recordó que en esto momentos en la planta acerera Azovstal se encuentran 1.000 mujeres y niños, además de al menos 500 heridos, y que casi cincuenta requieren de asistencia médica cualificada inmediata. “Precisamente de esto es de lo que debe hablar el señor António Guterres sí tiene previsto hablar de paz en Moscú. Lo más importante que puede hacer la ONU es abrir un corredor humanitario”, dijo al referirse a la próxima reunión en la capital rusa del secretario general de Naciones Unidas con el jefe del Kremlin, Vladímir Putin.
“Coste significativo”. La resistencia ucraniana se ha mostrado “fuerte” en todos los ejes y ha infligido un “coste significativo” a las fuerzas rusas, según el Ministerio británico de Defensa. En su evaluación, destaca que Ucrania “ha repelido numerosos ataques rusos por la línea de contacto en el Donbás”. “Pese a que Rusia ha realizado algunas ganancias territoriales, la resistencia ucraniana se ha mostrado fuerte”, señala.