- El general del Ejército ruso Alexandr Dvórnikov, quien acaba de asumir el mando general de la guerra en Ucrania y por tanto de la ofensiva final en el Donbás, según Occidente, tiene un largo historial bélico de mano dura que incluye la segunda guerra en Chechenia y la guerra en Siria.
El nombramiento de Dvórnikov “representa un intento de centralizar el mando y el control” de las Fuerzas Armadas de Rusia, señaló la inteligencia británica: “La selección de Dvórnikov demuestra aún más cómo la decidida resistencia ucraniana y la ineficaz planificación anterior a la guerra han obligado a Rusia a reevaluar sus operaciones”, frenadas por “la incapacidad para cohesionar y coordinar la actividad militar”.
En esas condiciones, parece obvia la necesidad de un mando de mano dura, un puesto en el que encaja Dvórnikov, un general ruso de 60 años de la antigua cantera soviética. En Siria, Occidente denunció un alto número de víctimas civiles, mientras organizaciones defensoras de derechos humanos denunciaron el uso de armas prohibidas y ataques contra hospitales. Los medios occidentales le pusieron el sobrenombre de “el carnicero de Alepo”.
“Dvórnikov cumplió exitosamente con misiones de aniquilación de combatientes atrincherados en zonas fortificadas no solo en Siria, sino también en Chechenia”, recuerda el experto militar ruso Konstantín Sivkov.