El Kremlin ha condenado la detención en Ucrania del diputado y líder opositor prorruso Víktor Medvedchuk, acusado de traición y capturado este miércoles tras darse a la fuga el pasado 24 de febrero, el día del inicio de la "operación militar especial" rusa en Ucrania. El ucraniano Medvechuk siempre se pronunció "por la paz, contra la guerra (en el Donbás que estalló en 2014), contra la ampliación del conflicto allí", ha reconocido el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, en su rueda de prensa telefónica diaria.
"Si en su momento sus ideas y las ideas de su partido se hubieran tomado en cuenta o servido de base de la política estatal de Ucrania, no hubiese habido ninguna operación militar especial" ahora, añade. Peskov recalca que es bien conocida la postura de Medvedchuk en favor de unas "relaciones normales, de socios, mutuamente beneficiosas entre Ucrania y Rusia". "Esta postura siempre fue franca", agrega. El portavoz del Kremlin ha aludido a la declaración del presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, en la que admite la posibilidad de que Medvedchuk pudiera ser canjeado por prisioneros de guerra ucranianos. "En lo que se refiere al canje del que con tanto entusiasmo y placer comenzaron a hablar diversas personalidades en Kiev, Medvedchuk no es ciudadano de Rusia, no tienen nada que ver con la operación militar especial. Él es un político extranjero", subraya.
Además, explica Peskov,"no sabemos si él mismo quiere que Rusia participe de alguna manera en la solución de la situación en que se encuentra". "Sin duda, seguiremos atentamente la suerte de Víktor Medvechuk y también instamos a ello a los políticos europeos, que tanto se preocupan de la libertad de expresión y hablan de que no se puede perseguir a las personas por motivos políticos", dice. El portavoz ha señaladp que lo ocurrido con Medvedchuk es una "brillante ilustración de lo que representa el régimen de Kiev".
Destaca que Rusia y las autoridades de las autoproclamadas repúblicas populares del Donbás están "muy agradecidas a Medvedchuk por la organización de intercambio de detenidos en los últimos años y por la solución de otros problemas humanitarios, labor que desarrolló también a petición de las autoridades de Kiev". En el momento de su fuga, el político y empresario, de 67 años, se hallaba en arresto domiciliario acusado de alta traición por desvelar secretos de Estado, tener negocios en la anexionada península ucraniana de Crimea y con los separatistas prorrusos del Donbás, trabajar para Rusia y tener "sólidos vínculos" con el presidente ruso, Vladímir Putin.