- En concertación con sus aliados, la Unión Europea avanza en el aislamiento político y económico de Rusia en la escena internacional, con su exclusión en organismos y cuatro tandas de sanciones -cada vez más duras, desde que hace poco más de tres semanas desató la guerra en su vecina Ucrania-, de las que hablarán los líderes europeos en su cumbre de la próxima semana.

Un camino que los Veintisiete emprendieron con paso firme el mismo 23 de febrero -dos días después de que Rusia reconociese la independencia de dos provincias ucranianas prorrusas en el Donbás- con el primer paquete de sanciones, y al día siguiente, horas después de que comenzase la invasión rusa, acordaron rápidamente una segunda tanda en una cumbre presencial en Bruselas.

Las terceras, anunciadas durante el primer fin de semana de la guerra, golpearon duro al sector financiero, y las últimas se acordaron en la cumbre informal de este mes en Versalles (Francia) y entraron en vigor esta semana. “Estamos dispuestos a ir más lejos”, dijo una alta funcionaria europea, que aseguró que se contempla otro tramo de sanciones, pero recalcó que se avanzará por la senda de la “unidad y la unanimidad”, como hasta ahora.

Paralelamente, hay en marcha un trabajo “minucioso” de “presión” y “explicación”, según otras fuentes comunitarias, para que más países se sumen a esas restricciones y eviten que Rusia pueda eludir las impuestas. El presidente estadounidense, Joe Biden, que se sentará el jueves en la mesa del Consejo Europeo, advirtió este viernes por videoconferencia a su homólogo chino, Xi Jinping, de “consecuencias” si respalda a Rusia.

Coordinadas con sus aliados y diseñadas para paralizar la capacidad del Kremlin para financiar la guerra, las medidas restrictivas adoptadas por la UE hasta ahora afectan de forma selectiva a siete sectores: financiero, energético, transporte, aeroespacial, tecnología, restricciones comerciales y de visados, así como a los actores de la desinformación.

Las sanciones se dirigen contra 877 individuos, entre ellos más de 30 oligarcas rusos y 62 entidades. Además, la UE, en colaboración con los países del G7 y otros socios afines, dejó de tratar a Rusia como nación más favorecida en el marco de la Organización Mundial del Comercio (OMC) desde este 15 de marzo. La lista de los sancionados la encabeza el presidente ruso, Vladímir Putin; y buena parte de su Gobierno, incluido su jefe de la diplomacia, Serguéi Lavrov; la mayoría de la Duma (el parlamento ruso), así como oligarcas, empresarios, propagandistas y actores de la desinformación que apoyan o facilitan la agresión militar. A todos se les ha congelado sus activos, no pueden recibir fondos y se les prohíbe viajar a la UE.

Putin se suma así a la lista negra de líderes del mundo sancionados por la UE, junto a sirio Bachar al Asad y el bielorruso Aleksandr Lukashenko. Roman Abramovich, conocido por su relación con el club de fútbol Chelsea, destaca entre los multimillonarios del círculo de Putin sancionados, junto a otros que amasaron sus fortunas en grupos empresariales del “complejo militar-industrial del Kremlin”.

Energía y tecnología. Varios han sido los ámbitos en los que Europa se ha fajado contra Rusia. Entre ellos destacan el sector financiero -bloqueo de divisas o expulsión de los bancos rusos del sistema SWIFT- al espacio aéreo, marítimo y de transportes o lo productos de tecnología avanzada.