Los servicios de Protección Civil de la ciudad iraquí de Mosul, en el norte del país, informaron este domingo de que han exhumado 105 cuerpos no identificados de una fosa común descubierta cuando se iban a realizar obras de ampliación de una mezquita.
Los cadáveres fueron desenterrados entre el sábado y el domingo en el barrio de Al Nayar, en la parte oeste de Mosul, explicó a Efe el comandante de Protección Civil Husein Abdalá, quien indicó que algunos de ellos pertenecen presuntamente a miembros del grupo terrorista Estado Islámico.
Abdalá sostuvo que la fosa fue descubierta por casualidad durante las obras de ampliación de una mezquita y que tras el hallazgo se formó un equipo conjunto de personal de Protección Civil y médicos forenses de la provincia de Nínive, de la que Mosul es capital.
Mosul fue también la capital del califato que proclamó el Estado Islámico cuando ocupó entre 2014 y 2017 una parte importante de Irak e impuso un régimen de terror basado en su interpretación estricta de la ley islámica.
La formación yihdadista cometió durante ese tiempo numerosas matanzas a cuyas víctimas enterraba habitualmente en fosas comunes.
Según un informe de 2018 de la Misión de Naciones Unidas en Irak (UNAMI) se habían registrado hasta entonces 202 fosas comunes de víctimas del Estado Islámico en las provincias de Nínive, Kirkuk y Saladino, todas en el norte de Irak, y en la occidental de Al Anbar.
Sin embargo, en esta ocasión, se cree que los cal menos algunos de los cuerpos pertenecen a miembros de esta organización, ya que llevaban uniforme y equipamiento militar, señaló Abdalá.
El comandante de Protección Civil añadió que había igualmente cadáveres vestidos de civil y que todos fueron trasladados al departamento de medicina forense para examinarlos y revelar su identidad y las circunstancias de sus muertes.