El líder de la junta militar y presidente de transición de Burkina Faso, Paul-Henri Sandaogo Damiba, ha anunciado el nombramiento como primer ministro de Albert Ouéradrogo, un economista que hará frente ahora a la tarea de formar un gobierno para el periodo de transición de tres años recientemente aprobado por la junta.
El nombramiento de Ouéradrogo ha sido anunciado a través de la lectura de un decreto por la televisión nacional. El nuevo primer ministro es especialista en el desarrollo de empresas y cuenta con "sólida experiencia" en la gestión de administraciones públicas, según la agencia estatal burkinesa de noticias, AIB.
Damiba ratificó el lunes una 'carta de transición' que recoge que este periodo se extenderá durante los próximos tres años, así como la creación de un Gobierno interino integrado por 25 ministros y la formación de un Parlamento de transición que estará formado por 71 personas.
Asimismo, el documento refleja que tanto Damiba como el resto de integrantes de las autoridades de transición no podrán presentarse como candidatos a las elecciones previstas después de estos 36 meses. La comisión técnica creada para preparar la 'hoja de ruta' había apostado por 30 meses de transición, un Ejecutivo con 20 ministros y un Parlamento con 51 escaños.
Tras el anuncio, la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) anunció la cancelación del viaje al país de su delegación, previsto para el jueves. "Una delegación ministerial viajará a Uagadugú en los próximos días", dijo.
"La CEDEAO sigue profundamente preocupada por la continuada detención del expresidente Roch Marc Christian Kaboré y reclama su liberación inmediata", remachó el organismo en un comunicado publicado en su cuenta en la red social Twitter.
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Damiba tomó posesión como presidente el 16 de febrero, después de que el Tribunal Constitucional de Burkina Faso aprobara el nombramiento tras el derrocamiento de Roch Marc Christian Kaboré el 24 de enero.
El golpe de Estado fue perpetrado tras un amotinamiento de militares en protesta por la inseguridad y la falta de medios para hacer frente al yihadismo, motivo por el que los soldados exigieron la dimisión de Kaboré y otros altos cargos de las fuerzas de seguridad.
La asonada tuvo lugar casi dos semanas después de que las autoridades anunciaran el arresto de ocho militares, incluido un comandante, en relación con un presunto complot para "desestabilizar" las instituciones del país.
El país africano ha experimentado en términos generales un aumento significativo de los ataques desde el año 2015. Estos, obra tanto de la filial de Al Qaeda como de la de Estado Islámico en la región, han contribuido también a incrementar la violencia intercomunitaria y han hecho que florezcan los grupos de autodefensa.