- Rusia aseguró ayer que aún hay posibilidades para la diplomacia en su pulso con Occidente sobre las garantías de seguridad que exige para evitar el acercamiento a sus fronteras de la OTAN, en una posible señal de su disposición a una desescalada en torno a Ucrania.

En una reunión en el Kremlin, a una pregunta directa del presidente Vladímir Putin sobre si había posibilidades de alcanzar un acuerdo con Estados Unidos y la OTAN sobre asuntos clave para la seguridad del país, el jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov, contestó afirmativamente. “Usted y otros representantes de Rusia han dicho que nosotros advertimos de la inadmisibilidad de negociar eternamente sobre asuntos que exigen solución hoy. Pero siendo el titular de Exteriores debo decir que siempre hay posibilidades”, contestó Lavrov al jefe del Kremlin.

En la reunión, Lavrov indicó que Rusia seguirá buscando respuestas a los problemas de seguridad en Europa. Agregó que, a su juicio, las posibilidades de Rusia “están lejos de agotarse”, aunque recalcó que las negociaciones no deben eternizarse. “Pero en esta etapa yo propondría continuarlas e intensificarlas”, señaló. “Está bien”, consintió Putin desde la cabecera de una larga mesa de reuniones, separado varios metros de Lavrov debido a las medidas de precaución sanitaria que rodean al jefe del Estado, según explicó luego el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.

El presidente ruso se interesó sobre si estaba preparada la respuesta a las contestaciones de EEUU y la OTAN a las demandas de garantías de seguridad, entre las que se cuenta la exigencia de que Ucrania ni ninguna otra antigua república soviética forme jamás parte de la Alianza militar Atlántica.

Lavrov replicó que el documento de respuesta, de diez páginas, ya ha sido redactado. Agregó que Rusia continuará esperando una reacción a sus legítimas preocupaciones sobre la indivisibilidad de la seguridad en Europa de cada uno de los países del espacio de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).

“He recibido respuestas insatisfactorias. Ninguno de mis colegas ministros contestó a mi misiva. Recibimos dos pequeños papelitos: uno del funcionario (Jens) Stoltenberg, secretario general de OTAN, y otro del funcionario (Josep) Borrell, jefe de la diplomacia europea”, precisó Lavrov.

El ministro indicó que en ellas Stoltenberg y Borrell llaman a no preocuparse, a continuar el diálogo, y señalan que lo importante es que Rusia “garantice la desescalada en torno Ucrania”. “Considero que se trata de un desprecio de la norma que señala que ninguna organización puede considerarse dominante en el espacio euroatlántico”, dijo.

En cuanto a la respuesta individual de Estados Unidos a las garantías de seguridad que demanda Moscú, Lavrov indicó que la primera parte de ella es insatisfactoria, pero que la segunda es constructiva. “La primera parte de la respuesta estadounidense no nos satisface. La segunda parte en cierta medida tiene carácter constructivo, contiene medidas bastante concretas”, explicó. Según Lavrov, dichas medidas “tienen que ver con la solución de los problemas de los misiles de emplazamiento terrestre de alcance corto y medio”, así como con “la disminución de los riesgos militares, medidas de confianza y de transparencia militar”.

A petición de Ucrania. La OSCE ha convocado hoy una reunión a la que pueden acudir sus 57 estados miembros, entre ellos Ucrania, Rusia, Estados Unidos y todos los de la Unión Europea para obtener información de Moscú sobre sus actividades militares cerca de las fronteras ucranianas. La reunión ha sido solicitada por Ucrania dentro de un mecanismo para favorecer la transparencia y reducir riesgos en las actividades militares de los estados de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE). “Ucrania pidió celebrar una reunión con Rusia y otros estados interesados con respecto a actividades militares inusuales”, indicó un mensaje de la organización.

Documento de Viena. La OSCE es la única organización multilateral, aparte de Naciones Unidas, en la que Rusia, Occidente y Ucrania se sientan a la misma mesa, y cuenta con acuerdos clave para fomentar la transparencia y crear así confianza. Uno de ellos es el Documento de Viena, acordado en 1991 y actualizado en 2011, y que es vinculante y de obligatorio cumplimiento.