- La junta militar que dirige Burkina Fasso tras el golpe de Estado consumado este lunes recibió ayer apoyo popular en las calles del país, pese a la condena de la comunidad internacional, que reprobó la ruptura del orden constitucional y exigió la liberación del depuesto presidente burkinés, Roch Kaboré.
Con carteles donde podía leerse “Abajo Francia” o “Viva el Ejército”, cientos de manifestantes se reunieron en la Plaza de la Nación de Uagadugú, que presentaba un aire festivo con bailes, cantos, gritos y el sonido de silbatos, después de que este lunes los militares sublevados desde el pasado domingo confirmaran en la televisión estatal que habían tomado el poder.
Pero mientras ciudadanos burkineses celebraban el golpe de Estado, ocurrido después de meses de inquietud social por la inseguridad yihadista, la comunidad internacional ha condenado la toma del poder por los militares. La coalición militar regional G5 Sahel (Níger, Mauritania, Burkina Faso, Mali y Chad) declaró este martes que el golpe puede “poner en peligro los logros democráticos en este país miembro de la organización”.
Por su parte, el presidente francés, Emmanuel Macron, condenó también ayer la rebelión militar y aseguró que ha sido informado de que no está amenazada la integridad física del presidente Kaboré. Sin embargo, se mantiene la incertidumbre sobre el paradero del presidente depuesto que, según fuentes militares, fue detenido y arrestado en un cuartel el lunes y, según fuentes de la Gendarmería, está bajo su protección.
El golpe de Estado se confirmó este lunes tras vivirse el domingo una situación tensa por los disparos en varios cuarteles militares de Uagadugú y otras urbes, incidentes calificados en un principio como un supuesto motín para exigir mejoras en las Fuerzas Armadas. A la situación del domingo le precedió el sábado un día de manifestaciones no autorizadas, convocadas por la sociedad para expresar el descontento social, acrecentado en los últimos meses, por la inseguridad generada por la violencia yihadista. Se calcula que el terrorismo ha provocado más de 1,5 millones de desplazados.