El presidente de Rusia, Vladímir Putin, y su homólogo chino, Xi Jinping, se apoyaron este miércoles mutuamente en los asuntos que les enfrentan con Occidente, sobre todo Estados Unidos, durante una cumbre virtual que se prolongó una hora y media.
Ambos presidentes se felicitaron por el "excelente nivel" de las relaciones bilaterales y destacaron un notable aumento del comercio bilateral.
Según el Kremlin, el mandatario chino afirmó que aunque Pekín y Moscú no forman una alianza, el nivel de sus relaciones es superior al de unos aliados.
En particular, Putin y Xi se comprometieron a seguir trabajando para duplicar el intercambio bilateral hasta los 200.000 millones de dólares.
Xi señaló a su vez que las relaciones entre China y Rusia han superado pruebas y han "mostrado vitalidad". "Los dos países se respaldan mutuamente en temas de interés clave, tienen intereses compartidos y actúan como piedras angulares del verdadero multilateralismo", aseveró.
Putin recibió durante la cumbre, la segunda reunión virtual con Xi este año, el respaldo de su homólogo chino a la exigencia rusa de garantías de seguridad que impidan el acercamiento de la infraestructura militar de la OTAN a las fronteras.
"El presidente (chino) subrayó que respalda las demandas de Rusia sobre las garantías", dijo. China entiende cuales son las preocupaciones que experimenta Rusia en sus fronteras occidentales, agregó Ushakov.
Asimismo, Putin explicó a Xi las amenazas a los intereses nacionales de Rusia por parte de EEUU y la OTAN que "acercan su infraestructura militar a las fronteras de Rusia".
En cuanto a la propuesta rusa sobre las garantías de la no ampliación de la OTAN al este, Xi, según el Kremlin, "respaldó plenamente la iniciativa rusa".
Putin y Xi valoraron además negativamente la creación de nuevas alianzas en la región Asia-Pacífico, promovida por EEUU, ya que, según el asesor del Kremlin, vulnera en general "el régimen y los pilares de la no proliferación mundial y eleva el nivel de la tensión militar en la región".
También criticaron la Cumbre por la Democracia convocada por Estados Unidos que, según Putin y Xi, apunta a crear nuevas líneas divisorias.