- Con mítines y batir de banderas de los diversos partidos concluyó en Chile la campaña para las elecciones presidenciales de mañana, las más cruciales e inciertas de la historia reciente del país, y donde se designará el sustituto en el Palacio de La Moneda del discutido Sebastián Piñera acorralado por los escándalos de corrupción y que se salvó por los pelos del impeachment.
En la región de Valparaíso, 122 kilómetros desde la capital hacia la costa chilena, el candidato de izquierdas Gabriel Boric participó de múltiples actos en diversas localidades donde enfatizó su proyecto centrado en garantizar derechos sociales.
“Es importante que cambiemos para avanzar. Construir un Estado que garantice derechos, dignidad e igualdad es la única manera de tener estabilidad”, afirmó durante su cierre de campaña.
“Mientras otras candidaturas prometen cerrar el Ministerio de la Mujer y el INDH, perseguir las ideas de izquierda y discriminar a las solteras, nosotros venimos a incluir, abrazar y construir un Estado que cuide y que no abandone”, agregó Boric.
Por su parte, el ultraderechista José Antonio Kast, que cerró su campaña electoral en el acomodado barrio de Las Condes en Santiago, resaltó la “necesidad” de “recuperar Chile”.
“Hay recetas para recuperar la economía, pero no para recuperar la libertad cuando la izquierda toma el poder. Nunca más nos vamos a rendir ante la intolerancia de la izquierda”, afirmó. “Queremos recuperar el acento en el amor por Chile, recuperar nuestras tradiciones (...) Dios, la patria, es lo que nos inspira, la libertad”, señaló el candidato del Partido Republicano.
Con la ultraderecha en auge, la redacción de una nueva Constitución en marcha, una acuciante inflación tras la pandemia y una fuerte crisis social e institucional que no cesa desde 2019, los expertos coinciden en que se trata de las elecciones más cruciales de la historia reciente del país suramericano.
Los sondeos coinciden en que ninguno de los siete candidatos se impondría en primera vuelta y llegarían a la segunda vuelta del 19 de diciembre Boric y Kast, aunque las estadísticas no aciertan con sus pronóstico desde hace dos años.
El candidato oficialista Sebastián Sichel, un exministro de centroderecha, llenó con miles de molinillos de viento amarillos la emblemática Plaza Italia de Santiago, el epicentro de las masivas protestas sociales que comenzaron en 2019.
“Queremos que una campaña se trate de esperanza (...) de recuperar una plaza para que todos los chilenos seamos parte del mismo futuro. Donde algunos quieren polarización, nosotros queremos encuentro”, afirmó el candidato, que según lo sondeos no llegaría a la segunda vuelta, afectado por la baja popularidad de Piñera.
La incertidumbre rodea más que nunca esta votación, en la que por primera vez y según los sondeos, los dos candidatos que pasarían al balotaje actualmente no forman parte de las dos grandes coaliciones que se han repartido el poder desde la salida del dictador Augusto Pinochet (1990).
Es un interrogante si los favoritos lograrán convencer a la gran masa de votantes indecisos y si podrán revertir la alta abstención. Desde que el voto es voluntario, ninguna elección presidencial ha superado el 50%, un umbral que solo se alcanzó en el plebiscito por una nueva Constitución de 2018.