- El Vaticano absolvió ayer en primer grado de los cargos penales imputados a los dos sacerdotes implicados en el caso de abusos a un seminarista menor de edad que residía en el Preseminario San Pío X, localizado cerca de la Casa Santa Marta, donde vive actualmente el papa Francisco. La sentencia puede ser recurrida por los abogados del joven, menor de edad en el momento en que se consumaron los hechos, que vivía en el palacio de San Carlo junto a otros seminaristas y monaguillos que ayudan al Papa en las ceremonias en la basílica de San Pedro.
La justicia del Vaticano sentó en el banquillo de los acusados al joven Gabriele Martinelli, de 28 años, que era seminarista cuando se produjeron los presuntos hechos de abusos sexuales y que se ordenó sacerdote en la diócesis de Como (norte de Italia) en 2017, y a Enrico Radice, que ejercía de rector de ese centro. A Martinelli se le acusaba de violación agravada y actos de lujuria agravados; al segundo de los procesados se le imputaba un delito de encubrimiento ya que a pesar de haber sido avisado de los hechos no denunció la acusación.
La absolución de Radice del cargo penal de encubrimiento se debe a que el delito ha prescrito. Las acusaciones a Martinelli de violencia agravada han sido desestimadas por los jueces del Vaticano por falta de pruebas y en el caso de los actos de lujuria agravados el tribunal determina que la conducta no era punible. El promotor de justicia, (el fiscal del Vaticano), había pedido seis años de cárcel para Martinelli y otros cuatro para Radice por encubrimiento.
El centro de formación donde supuestamente sucedieron los hechos funciona como alojamiento para jóvenes que suelen ayudar en las misas de los sacerdotes del Vaticano y en ocasiones también toman parte en las celebradas oficiadas por el Papa por lo que son conocidos como los monaguillos del Santo Padre.