- Afganistán amaneció ayer por primera vez en casi dos décadas sin la presencia de las tropas de Estados Unidos en su territorio, una nueva etapa para el país bajo un régimen talibán que avanza en la formación de un Gobierno regido por la sharía o ley islámica, mientras siguen las amenazas terroristas.
El último avión estadounidense partió antes de la pasada medianoche del aeropuerto de Kabul, completando el proceso de retirada de las fuerzas extranjeras tras veinte años de ocupación en el país, y desatando la euforia de los talibanes, que festejaron este momento histórico con disparos al aire.
“A la medianoche de Afganistán, el último grupo de soldados estadounidenses salió del aeropuerto de Kabul. Se completó así la retirada de las fuerzas estadounidenses y nuestro país y los afganos lograron su plena independencia”, afirmó uno de los principales portavoces de los talibanes, Qari Yusuf Ahmadi.
Tanto la capital como la mayoría de las principales ciudades del país fueron testigos de masivos disparos al aire, que se prolongaron casi una hora, y crearon escenas de pánico entre la población. Ante esta situación, el principal portavoz talibán, Zabihullah Mujahid, avisó en Twitter que la gente no tenía nada que temer, que “los sonidos de los tiroteos en Kabul son disparos de celebración para festejar la retirada de las fuerzas estadounidenses”.
Con la salida de Estados Unidos del aeropuerto, donde solo quedaron algunos helicópteros y otras aeronaves inservibles tras ser saboteadas por las tropas estadounidenses, los talibanes se trasladaron por la mañana a ese simbólico escenario y declararon la “completa independencia” de Afganistán.
Después de 20 años de guerra, la nación afgana logró al fin “obtener su independencia de las fuerzas extranjeras”, celebró en una rueda de prensa Mujahid, en la que aprovechó para felicitar a sus combatientes por el esfuerzo realizado este último mes, cuando conquistaron casi todo el país en poco más de 10 días.
“Es por sus sacrificios (...) que hemos logrado la independencia. Quiero felicitaros a todos y a nuestra nación por esta independencia. Esperamos que Afganistán nunca vuelva a ser ocupado y siga siendo independiente, próspero y el hogar de los afganos bajo un sistema islámico”, dijo.
Los principales líderes talibanes tienen ahora el derecho de “asumir el liderazgo del país y garantizar su futuro” mediante la construcción de “un sistema de gobierno inclusivo que, subrayó, representará los valores afganos e islámicos”.
Sin embargo, para lograr un sistema de gobierno sólido en Afganistán, los islamistas dependen de la comunidad internacional, por lo que ayer pidieron su apoyo con el objetivo de poder reactivar la golpeada economía de la nación.
“Todos los inversores, nacionales y extranjeros: invito a todos a que vengan e inviertan en Afganistán. Habrá una atmósfera positiva, sus inversiones estarán en buenas manos. El país será estable y seguro”, afirmó Mujahid en otro acto en Kabul por la tarde.
El portavoz talibán insistió en que tras haber obtenido la “independencia política” necesitan ahora una “independencia económica”, y para ello será fundamental, dijo, la “unidad nacional” para que se reactive la economía, con el apoyo también de todos los profesionales cualificados del país.
Estas declaraciones se producen en un momento de gran incertidumbre en Afganistán, después de que su llegada al poder y la retirada de las tropas extranjeras del país haya supuesto el corte de gran parte de los fondos internacionales, a la espera de que el nuevo régimen se gane el apoyo de la comunidad global.
En medio de la consolidación de su poder, los talibanes lanzaron desde anoche varios ataques contra la norteña región de Panjshir, la única de las 34 provincias afganas que no se encuentra bajo control de los islamistas, aunque sin éxito.
Durante los ataques, que fueron repelidos, los talibanes sufrieron numerosas bajas, con unos 30 insurgentes muertos, 15 heridos y “varios fueron capturados con vida”, aseguró en un comunicado Fahim Dashti, portavoz del conocido como Frente Nacional de Resistencia de Panjshir.
Un triunfalismo que no comparten sin embargo varios talibanes, que aseguraron que lanzaron varios ataques contra la provincia y lograron algunos avances, aunque anotaron que a pesar de que poseen la capacidad militar de capturar por la fuerza el valle de Panjshir, todavía esperan que prosperen las negociaciones para lograr poner fin a la disputa de manera pacífica.
Las fuerzas en Panjshir están dirigidas por el exvicepresidente afgano, Amrullah Saleh, autoproclamado nuevo presidente de Afganistán tras la huida del país durante la toma de Kabul del exmandatario, Ashraf Ghani, y Ahmad Massoud, hijo del difunto comandante afgano Ahmad Shah Massoud, el león del Panjshir, una leyenda por haber hecho frente a los soviéticos y a los talibanes.
Panjshir también fue el centro de la resistencia contra el grupo islamista durante el anterior régimen talibán, entre 1996 y 2001, que concluyó con la invasión estadounidense que, la pasada medianoche, llegó a su fin tras casi dos décadas de guerra.
Mientras tanto, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, expresó ayer su “profunda preocupación por el empeoramiento de la crisis humanitaria y económica” en Afganistán y “la amenaza de un colapso total de los servicios básicos”, y lanzó un llamado a la comunidad internacional para lograr los fondos necesarios para enviar ayuda.
“Casi la mitad de la población de Afganistán -18 millones de personas- necesita asistencia humanitaria para sobrevivir. Uno de cada tres afganos no sabe cómo conseguirá su próxima comida”, dijo Guterres después del fin de la ocupación estadounidense de Afganistán.
Acuerdo. Estados Unidos acordó secretamente con los talibanes que escoltaran a grupos de estadounidenses hasta el aeropuerto de Kabul, donde eran esperados para su evacuación de Afganistán, revelaron ayer medios locales. La cadena CNN dio a conocer detalles de un “acuerdo secreto” entre el Ejército estadounidense y los talibanes como parte de la operación de evacuación y retirada de ese país, que concluyó el lunes y supuso el fin de la guerra de 20 años que EEUU libró en suelo afgano.
Puntos de reunión. Como parte del acuerdo, los talibanes recogían a los estadounidenses en “puntos de reunión” establecidos en los alrededores del aeródromo Hamid Karzai de Kabul, según funcionarios del Departamento de Defensa. En esos lugares, los talibanes verificaron las credenciales de los estadounidenses y posteriormente los conducían una corta distancia hasta la instalación aérea.