- España se comprometió a no desentenderse de los afganos y, tras haber finalizado ayer la evacuación de 2.206 personas en ocho días, afronta con discreción una segunda fase, junto a otros Estados, para rescatar a quienes puedan seguir en peligro en un país sumido en el caos y la violencia bajo el control de los talibanes. La llegada a Torrejón del embajador español en Afganistán, Gabriel Ferrán, junto a cuatro diplomáticos, 85 colaboradores afganos y sus familias, 20 policías y 82 militares, puso fin a una complicada y peligrosa operación que comenzó el pasado día 19 en el aeropuerto de Kabul. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, dio la misión por “cumplida” y proclamó el “orgullo” en una rueda de prensa en la que aseguró que trabajarán “de manera discreta” para “seguir sacando” a los colaboradores afganos que no pudieron dejar el país en uno de los 17 vuelos que han llegado a Torrejón en ocho días.
Esto significa que ya se trabaja en una segunda fase en colaboración con otros Estados socios, en la que será difícil contar con el aeropuerto de Kabul. Además, no se va a reconocer al Gobierno talibán, pero sí pueden establecerse contactos puntuales por motivos humanitarios para determinadas evacuaciones. El jefe del Ejecutivo también reconoció el “fracaso” de la misión internacional en Afganistán, que ha abocado ahora a una “tragedia” de dimensiones muy relevantes para la estabilidad de una zona del mundo que es muy importante para Europa.
Y reiteró las “muchas dudas” sobre el papel jugado por Estados Unidos y la OTAN ante la decisión de la administración de Donald Trump y después de Joe Biden de abandonar el país asiático.
La retirada traerá, según advirtió Sánchez, consecuencias desde el punto de vista geopolítico, de seguridad y de flujos migratorios, que pide “reconsiderar” y tratar en común. Para combatir el terrorismo y garantizar la seguridad dentro de las fronteras de Afganistán, España trabajará con los aliados y reclamó actuar en común e ir de la mano para dar una respuesta al pueblo afgano.
“Deberemos ocuparnos de los refugiados, de su futuro, y hacerlo unidos”, señaló además Sánchez, poniendo el acento en otro de los retos que deja la crisis afgana, el de la acogida y la migración.