- La amenaza de que Rusia envíe fuerzas policiales para ayudar al gobierno bielorruso no ha influido en los ánimos de protesta de la población opositora, que insiste en que el presidente, Alexandr Lukashenko, abandone cuanto antes el poder.
Ekaterina, científica de 27 años que participaba en una protesta en Minsk, confió en que el presidente ruso, Vladímir Putin, “será lo suficientemente sensato” para no apoyar a Lukashenko con fuerzas policiales. “Hay que aspirar a que todo sea pacífico; los rusos son nuestros hermanos”.
El presidente ruso hizo este jueves realidad los peores temores de la oposición bielorrusa y de Occidente, al asegurar que Rusia estaría dispuesta a intervenir en la antigua república soviética con fuerzas policiales si la situación lo exige.
Las declaraciones sobre una posible intervención rusa en Bielorrusia se producen en un momento cuando la relación entre ambas repúblicas eslavas, unidas por múltiples lazos culturales e históricos, no pasa por sus mejores momentos.
La disminución de las simpatías hacia Rusia quedó reflejada en una encuesta sobre el acercamiento entre Rusia y Bielorrusia, que desde hace más de 20 años integran juntos una Unión Estatal, conocida como la mini URSS. A lo largo de 2019, el porcentaje de los partidarios de la unión con Rusia se redujo de un 60% hasta un 40%, según un sondeo realizado por el Estudio de Análisis de Bielorrusia.
Al mismo tiempo, de acuerdo a algunos expertos, la declaración de Putin sobre una eventual entrada de las fuerzas rusas en Bielorrusia para pacificar la situación busca lanzar un mensaje a Occidente. “La amenaza por el momento es hipotética. El Kremlin no está interesado en arropar sin ambages a Lukashenko. Está claro que ha perdido la legitimidad y su continuidad es una gran pregunta, incluso si se logra reprimir las protestas”, analizó Katerina Shmarina, experta del Centro de Estudios Estratégicos de Bielorrusia.