- Amnistía Internacional (AI) ha denunciado 125 casos de violencia policial contra manifestantes, personal sanitario, periodistas y miembros de equipos de observación judicial registrados en las protestas antirracistas de Estados Unidos, enmarcadas en el movimiento antirracista Black Lives Matter, surgido como reacción al asesinato policial del ciudadano afroamericano George Floyd en Mineápolis.
AI precisa que los incidentes se registraron en 40 estados y el Distrito de Columbia entre mayo y junio. El informe, basado en más de 50 entrevistas, pone de relieve las experiencias de varias personas en el contexto de las protestas. Según ha destacado la organización, se trata del análisis de Derechos Humanos de violencia policial contra manifestantes "más completo hasta la fecha".
El análisis recoge que, entre el 26 de mayo y el 5 de junio de 2020, Amnistía Internacional documentó al menos seis incidentes en los que la Policía usó porras y otros 13 de uso de proyectiles de impacto cinético como granadas de esponja y balas de goma en 13 ciudades de Estados Unidos. También encontró "numerosos casos de uso innecesario" de gas lacrimógeno y aerosoles de pimienta como primer recurso para dispersar grandes grupos de manifestantes pacíficos: 89 casos de uso específico de gas lacrimógeno en ciudades de 34 estados y 21 incidentes de uso ilegítimo de aerosoles de pimienta en 15 estados y en el Distrito de Columbia.
"Estas tácticas innecesarias y excesivas fueron empleadas también por los organismos de aplicación de la ley contra personal médico, miembros de equipos de observación judicial y representantes de medios de comunicación", ha subrayado el organismo.
AI ha puesto de relevancia que el uso de gas lacrimógeno durante la pandemia de covid-19 es especialmente irresponsable. "Mientras los manifestantes salían a la calle con mascarillas y tratando de mantener la debida distancia física debido al virus, la Policía disparaba gas lacrimógeno y aerosoles de pimienta, aumentando el riesgo de problemas respiratorios y la liberación de partículas en suspensión que podían propagar el virus", ha criticado.
Entre los testimonios recogidos por AI, destaca el de Danielle Meehan, enfermera de cuidados intensivos que reanimó varias veces a la estudiante de 26 años Aubreanna Inda después de que fuera alcanzada por una granada paralizante en Seattle.
Meehan ha contado que Inda le dijo que creía estar muriendo tras recibir el impacto de una granada paralizante. "Se quedó sin pulso tres o cuatro veces después de que mis colegas y yo empezásemos a tratarla".
Elena Thoman, de 17 años, también relató sus vivencias: "Al principio es como la sensación que tienes cuando cortas cebolla y luego se intensifica hasta que te quema la piel. Tenía mucha piel al aire y estuvo quemándome durante una hora. Me hizo toser mucho, tuve que quitarme la mascarilla porque tenía gas lacrimógeno en ella".
Tras la recopilación de varios testimonios, AI ha denunciado el "autoritarismo de la administración Trump" y ha exigido que se investiguen los casos relatados, que se apruebe una ley de protección de los manifestantes que obligue a respetar los Derechos Humanos, y que los policías hallados culpables de algún delito rindan cuentas ante la Justicia.