El Cairo - El Gobierno egipcio guarda desde hoy tres días de luto en duelo por la muerte del dictador Hosni Mubarak a los 91 años, después de semanas de hospitalización por su débil estado de salud tras una intervención quirúrgica. Así lo anunció ayer el portavoz de la presidencia egipcia, mientras se espera que se confirme el funeral del hombre que gobernó con puño de hierro el país entre 1981 y 2011. Según medios locales se especula que podría ser mañana y tener carácter militar. Mubarak había sido sometido en enero a una operación y permanecía hospitalizado afectado por dolencias en su aparato gastrointestinal.

Gobernó Egipto desde que asumió la presidencia en 1981 tras el asesinato a manos de extremistas de su antecesor, Anuar al Sadat, hasta que fue forzado a abandonar el poder el 11 de febrero de 2011 tras 18 días de acampada de protestas en las calles del país. Unos meses después, comenzaría el juicio por la muerte de cientos de personas durante aquella Primavera Árabe, a pesar del delicado estado de salud del dictador.

Fue puesto bajo arresto en la localidad turística de Sharm el Sheij, a orillas del mar Rojo, que se había convertido en su retiro y sede oficial de muchas reuniones en sus últimos años. En agosto de ese año el otrora top gun, piloto de élite de la Fuerza Aérea egipcia, compareció en el tribunal en una camilla, vestido con el mono blanco de los acusados, semblante digno en medio del circo mediático y la humillación.

La rendición de cuentas llegó en junio de 2012, cuando Mubarak fue condenado a cadena perpetua por su implicación en la muerte de cerca de un millar de manifestantes durante la Primavera Árabe en Egipto, pero medio año después la sentencia fue anulada y, en la repetición del juicio, a finales de 2014, fue absuelto.

Sólo le quedaba una pena por descontar: por apropiación de fondos públicos reservados a los palacios presidenciales, indicador del estilo de vida lujoso que la familia Mubarak había adoptado y por la que había sido odiada, y en marzo de 2017 el faraón quedó finalmente en libertad.

Tras su excarcelación, el anciano dictador pareció resurgir y sus problemas de salud, que le mantuvieron en una cama de hospital la mayor parte de sus seis años de reclusión, desaparecieron hasta que en enero fue sometido a una operación y su estado de salud se agravó.

Víctimas de la represión Abogados de las víctimas de la represión de Mubarak lamentaron el legado de impunidad y de injusticia dejado por el dictador. Uno de los abogados de los manifestantes que fallecieron en la revuelta en 2011, Kadry Farid, dijo a Efe que las sentencias de los varios casos contra el expresidente fueron "políticas, y no legales". Farid consideró que Mubarak "sólo dejó huellas criminales" y un mensaje claro: "Quien comete un crimen no va a ser castigado, quien roba no va a ser juzgado". Mubarak no llegó nunca a ser juzgado por las víctimas que murieron antes de la Primavera Árabe, durante sus 30 años de su dictadura.