El Cairo - El plan para Oriente Medio que el presidente estadounidense, Donald Trump, presentó el martes pone mucha más presión sobre la cada vez más complicada unidad de los países árabes en su apoyo a los palestinos, un tema en el que cada vez hay más diferencias de forma y de fondo. El rechazo frontal de los países árabes que durante décadas acompañó a cualquier propuesta que no pasara por el acatamiento de las resoluciones de la ONU sobre el conflicto palestino-israelí cada vez es menos taxativo. Incluso tres países, Emiratos Árabes Unidos, Baréin y Omán, mandaron a sus embajadores en Washington al acto en la Casa Blanca en el que Trump desveló el plan junto a Benjamin Netanyahu, el primer ministro israelí en funciones.
En las últimas horas prácticamente todos los países de la región han reaccionado al anuncio del plan de la Casa Blanca, que no contempla las reivindicaciones de la vuelta a los límites territoriales de 1967 y que respalda la posición israelí a la hora de diseñar un Estado palestino muy sui generis.
Quizás el más complaciente con el plan de Washington ha sido Egipto, que llamó a israelíes y palestinos "a llevar a cabo una consideración cuidadosa y a fondo de la visión de Estados Unidos para conseguir la paz y abrir los canales del diálogo, bajo el auspicio de Estados Unidos". Arabia Saudí "valora los esfuerzos" del Gobierno de Trump y llamó a "negociaciones directas de paz entre las dos partes, la palestina y la israelí, bajo el auspicio de EEUU", una postura que secundó EAU a través de su embajador en Washington.
La Liga Árabe fue más dura al decir que está "abierta a cualquier esfuerzo serio" para lograr la paz, aunque afirmó que el plan implicaba "un gran desprecio de los legítimos derechos palestinos en su territorio".
Jordania ha sido el país más firme en su postura de una "paz completa, real y justa sobre la base de la solución de los dos Estados que ponga fin a la ocupación israelí que comenzó en 1967". "Indudablemente hubo conversaciones antes del anuncio del plan para asegurar conocimiento o apoyo de la mayor parte de los aliados de EEUU en la región", indicó Timothy Kaldas, del Instituto Tahrir para Oriente Medio. "Obviamente Jordania, dado que la mayoría de su población es de origen palestino, era más difícil y finalmente (Estados Unidos) no pudo conseguir su apoyo", añadió.
El Líbano, el otro país con una gran población de refugiados palestinos, no ha valorado formalmente la propuesta de Trump. El presidente libanés, Michel Aoun, llamó ayer a su homólogo palestino, Mahmud Abás, para reafirmar la "solidaridad" y la "unidad árabe" ante el plan de paz presentado ayer por Trump y el primer ministro, Hasan Diab, tuiteó una sola frase: "Jerusalén seguirá siendo nuestra brújula y Palestina nuestra causa".
Fuera de Oriente Medio, Marruecos mostraba su total apoyo al plan de Washington.