Santiago de Chile - La protesta pacífica de los chilenos en demanda de una sociedad más equitativa superó por primera vez a las manifestaciones violentas que en los tres días previos protagonizaron un estallido social sin precedentes en Chile que todavía mantiene a casi todo el país en estado de emergencia. Con cacerolas y cazos en las manos y con una consigna clara: “sin violencia”, miles de chilenos lograron que su manifestación pacífica de descontento por una sociedad “sin abusos” se escuchara ayer por encima de los episodios de violencia, aún existentes pero mucho más puntuales y esporádicos que en las pasadas jornadas.
“El pueblo ha despertado”, se leía en una pancarta exhibida por un ciudadano en una de las muchas concentraciones de la capital chilena, donde fue especialmente masiva la de la céntrica Plaza Italia, pero también importantes las de otros puntos como Ñuñoa o la misma puerta de la Escuela Militar de Santiago de Chile. El toque de queda decretado de nuevo por el Ejército para despejar las calles a partir de las ocho de la tarde, lejos de ahuyentar a las personas, fue motivo de celebración, con los manifestantes voceando la cuenta atrás hasta la hora del comienzo de esta medida. El mismo gesto de desafío al toque de queda y la autoridad militar se repitió en distintos puntos de Santiago y sólo el agua lanzada por los carabineros o el propio paso del tiempo logró despejar las concentraciones.
La jornada no fue del todo ajena al vandalismo ni estuvo falta de tensión. De nuevo hubo barricadas, enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, desperfectos del mobiliario urbano y saqueos, en mitad de las marchas y también durante el toque de queda, pero en menor cantidad que en los días anteriores. La violencia fue ayer más visible, en algunos casos incluso desde muy temprano, en otras ciudades, como Valparaíso, Antofagasta, Temuco o Concepción, en este último caso con incendios de grandes proporciones.
Todo esto mientras rige un estado de emergencia, por completo o solo en algunas ciudades, en 15 de las 16 regiones del país, con el Ejército encargado de la seguridad y con toques de queda en muchas de ellas.
La cifra de fallecidos desde que el pasado viernes las protestas se hicieron notar llegaba ayer a las 16 personas y el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) contabilizó que 1.333 personas fueron detenidas, 181 niños o adolescentes, desde el sábado, y constató que 88 personas se encuentran hospitalizadas por heridas de arma de fuego, cinco de ellas en estado grave y una con riesgo vital. Asimismo, el INDH informó de que ha interpuesto 12 querellas por denuncias de torturas y apremios ilegítimos.
Piñera llama a la oposición El presidente de Chile, Sebastián Piñera, anunció ayer que se iba a reunir con todos los partidos políticos en busca de medidas para la reconstrucción del país y de poner en común ideas para mejorar las pensiones, bajar el precio de los medicamentos o mejorar la calidad en la atención de salud. Además, el Senado convirtió en ley la iniciativa tramitada de urgencia para que el mandatario pueda rebajar las tarifas del transporte público, entre ellas la del Metro de Santiago de Chile, cuyo aumento fue la punta de lanza del actual estallido social de Chile. Asimismo, Piñera rebajó su discurso. Si el domingo dijo que Chile está “en guerra” contra los violentos, 24 horas más tarde pidió comprensión por esas palabras, que dijo pronunciar porque le indigna ver el daño y el dolor que provoca la delincuencia.
El aumento del precio del Metro de la capital chilena marcó el inicio de una oleada de protestas que con el paso de los días despertó el hartazgo de parte de la ciudadanía por las altas tarifas que pagan por servicios de luz o gas, el nulo reparto del sistema de pensiones o los deficientes servicios de salud pública, generando un estallido social desconocido en la historia reciente de Chile.
El subsecretario del Interior de Chile, Rodrigo Ubilla, informó ayer de que la cifra de víctimas mortales desde el inicio del estallido social en el país asciende a 15, de las que 11 se produjeron en la Región Metropolitana, que comprende a la capital. Ubilla detalló que hubo dos muertes por disparo de bala, en las ciudades de La Serena y Coquimbo, un muerto atropellado por un camión de la Armada en la localidad de Talcahuano y otro fallecido en la ruta 5 Sur, a la altura de Curicó, del que no ofreció detalles pero sobre el que la Fiscalía regional informó de que fue fruto de un disparo de un miembro del Ejército, hecho que se está investigando.
No obstante, el subsecretario dijo que en comparación a las 24 horas anteriores, en la jornada de ayer y en su madrugada se observó “una disminución significativa de los hechos asociados a saqueos, vandalismo y delincuencia”, que se situó en 255, frente a los 350 de la jornada anterior. En el caso concreto de la Región Metropolitana, donde habitan más de 7 millones de personas de los más de 18 de todo el país, los hechos violentos pasaron de los 117 del día anterior a 41. “Las ciudades están recuperando su normalidad y las fuerzas armadas van a seguir trabajando para brindar seguridad. Esperamos que se siga condenando a estas personas que usan la violencia a fin de lograr delincuencia pura y dura para reivindicar causas que nada justifican”, dijo Ubilla a la prensa. La autoridad recalcó que los hechos corresponden a una “acción coordinada” que primero atacó el metro, luego persiguió destruir la cadena de abastecimiento con incendios en supermercados y almacenes y el lunes se concentró en el asalto y el ataque a infraestructura de servicios públicos y edificios institucionales como Municipalidades y Gobernaciones.