Bogotá - El presidente colombiano, Iván Duque, defendió ayer la idoneidad de la cúpula militar y dijo que para escogerla hizo una minuciosa revisión que incluyó consultas al más alto nivel y que las acciones castrenses están “abiertas al escrutinio”. Así lo expresó el jefe de Estado en la ceremonia de ascenso de los altos mandos militares del país, entre ellos el comandante del Ejército, general Nicacio Martínez Espinel, cuestionado por su posible relación con las ejecuciones de civiles, llamadas “falsos positivos”. “Nuestros generales son personas virtuosas, cuyas acciones están siempre abiertas al escrutinio del ciudadano y las instituciones”, remarcó Duque en la ceremonia que tuvo lugar en la Escuela de Cadetes José María Córdova, de Bogotá. El gobernante colombiano detalló que cuando hizo ese “escrutinio minucioso” habló con miembros de las Fuerzas Militares y de la reserva para identificar las personas de “mejor formación y mejor talante”.
“Hoy les puedo decir a ustedes que esta cúpula militar que nos ha acompañado durante varios meses es una cúpula que llena con orgullo lo que significa ser la cúpula del Bicentenario”, dijo Duque en alusión a la conmemoración de los 200 años de la independencia de España. Además de Martínez, quien recibió su cuarto sol, también fueron ascendidos Luis Fernando Navarro, comandante de las Fuerzas Militares; Ramsés Rueda, comandante de la Fuerza Aérea, y Evelio Ramírez, comandante de la Armada. El Senado de Colombia aprobó el pasado miércoles con 64 votos el ascenso de Martínez a general de cuatro soles en un caldeado debate en el que partidos de oposición expusieron sus dudas y abandonaron la sesión para expresar su rechazo.
La controversia por el ascenso comenzó el pasado 18 de mayo con un artículo del diario estadounidense The New York Times que reveló la existencia de una directriz del Ejército que ordena a la tropa incrementar sus resultados operacionales, lo que pone en riesgo la vida de civiles.
En el artículo, el periodista Nicholas Casey señaló tras revisar órdenes escritas y entrevistar a altos oficiales que el Ejército puede estar ejecutando “otra encarnación” de los “falsos positivos”, eufemismo para referirse a las ejecuciones extrajudiciales de civiles cometidas por militares para presentar mejores resultados a sus superiores y obtener por ello permisos y condecoraciones.
La Fiscalía colombiana ha investigado cerca de 5.000 casos de “falsos positivos” que implican a unos 1.500 militares y que fueron cometidos entre 1988 y 2014, de los cuales 2.200 fueron remitidos a la Justicia Especial para la Paz (JEP), que se encarga de juzgar los crímenes cometidos con ocasión del conflicto armado. - Efe