Argel - Con el anuncio esperado del Consejo Constitucional argelino sobre la “imposibilidad” de organizar las elecciones presidenciales previstas para el próximo 4 de julio, el país magrebí, -socio estratégico de Europa- entra en una fase de incertidumbre política y jurídica inédita.
“El Consejo Constitucional rechaza los dos expedientes de candidatura depositados” y anuncia por tanto “la imposibilidad de celebrar presidenciales de julio”, proclamó. Este alto organismo jurisdiccional no dio ninguna fecha para nuevos comicios y se limitó a declarar que es al actual presidente provisional, Abdelkader Bensalah, designado el pasado 9 de abril, de convocar de nuevo el cuerpo electoral.
Este escenario no está previsto por la Constitución, ya que el mandato de presidente interino de tres meses desde su designación llegará a su fin el próximo 8 de julio. La convocatoria de las elecciones fue controvertida por las masivas manifestaciones de protesta, e incluso los partidos políticos se fueron retirando uno tras otro.
Además, los candidatos que se presentaron son casi desconocidos en la escena política. Se trata de Abdelhakim Hamadi y Hamid Touahri quienes, sin apenas peso político, tenían casi imposible recolectar los 60.000 firmas de votantes o las 600 firmas de elegidos exigidos por la ley argelina, porque lo que sus candidaturas fueron ayer oficialmente rechazadas. “La anulación de las elecciones nos coloca automáticamente en la inconstitucionalidad, porque la anulación no está prevista por la Constitución”, señala la politóloga Luisa Ait Hamdush en el diario digital Tout Sur Algérie.
Diálogo La otra posibilidad, según Ait Hamdush es que la propuesta de abrir un diálogo sea realmente seguida de actos concretos. Entre otras cosas que “el próximo diálogo se instale entre los representantes del poder real y los representantes de la oposición y del levantamiento popular”.
En esta cita electoral, rechazada previamente por el movimiento popular, debía elegirse al sucesor del presidente Abdelaziz Bouteflika, forzado a dimitir el pasado 2 de abril ante la presión conjunta de la calle y el Ejército.
Según la Constitución, el presidente provisional Abdelkader Bensalah, designado el pasado 9 de abril, se hará cargo de Jefe de Estado durante “90 días” antes de transmitir sus poderes. Este período de tres meses llegará a su fin el próximo 8 de julio, dejando al país en un periodo de incertidumbre política y jurídica.
Según el Consejo Constitucional, la misión “fundamental” del Jefe del Estado es la creación de un nuevo cuerpo electoral para organizar los comicios. “Corresponde al Jefe del Estado de convocar de nuevo el cuerpo electoral, y completar el proceso hasta la elección del Presidente de la República y la prestación del juramento constitucional”, precisó.
El anuncio de hoy se produce dos días después de una imponente marcha nacional en la que decenas de miles de manifestantes salieron a las calles por decimoquinto viernes consecutivo para exigir una verdadera transición democrática y la caída del antiguo régimen. - Efe