MADRID. El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, ha asegurado este martes que el fundador de Wikileaks, Julian Assange, violó todas las normas de convivencia de la Embajada ecuatoriana en Londres y lo ha acusado de tratar al personal como si fueran sus "sirvientes".
"El señor Assange violó todas las normas. Tenía gente en la Embajada que trabajaba casi obsecuentemente para él", ha destacado el dirigente ecuatoriano. "Se daba el lujo de tratar al personal de la embajada como sus sirvientes", ha manifestado Moreno al explicar algunas las razones para quitarle el asilo al ciberactivista australiano.
En este sentido, Moreno ha afirmado que el activista tenía equipos informáticos en la Embajada y recibía con frecuencia visitas de otros hackers, entre ellos el informático sueco Ola Bini, detenido el pasado jueves en Ecuador por presuntamente atentar contra sistemas digitales del país sudamericano.
"Tenía un equipo de hackers permanentemente violando secretos de países e interviniendo en asuntos como las elecciones de Estados Unidos, el Gobierno del Vaticano y la independencia de Cataluña", ha expresado en una entrevista al diario local 'El Comercio'.
Moreno ya había acusado anteriormente a Assange de intentar utilizar la Embajada ecuatoriana en Londres --donde permaneció recluido durante casi siete años-- como un "centro de espionaje" que habría sido financiado por su predecesor, el expresidente Rafael Correa.
"Hay otras respuestas que encajan con el dinero de otra persona (en referencia a Correa) que se lo fue llevando de Ecuador con el fin de mantenerse en el poder y con el fin de volver al poder y, al cual, prácticamente el señor Assange acudía servilmente para brindarle toda la información que requería, incluida para sus falsedades", ha explicado.
Assange fue detenido el 11 de abril por la Policía británica y se enfrenta a una posible pena de doce meses de cárcel en Reino Unido por violar las condiciones de la libertad condicional. Moreno ha negado que esta decisión sea una represalia por la filtración de documentos o una concesión a otro país.
"No podemos permitir que nuestra casa, la casa que le abrió las puertas, se convirtiera en un centro de espionaje", explicó el domingo Moreno al diario británico 'The Guardian'. "Esta actividad viola las condiciones del asilo. Nuestra decisión no es arbitraria sino basada en el Derecho Internacional", añadió.