Jerusalén - A falta de los resultados definitivos, la reelección del primer ministro, Benjamín Netanyahu, hacia un quinto mandato se da por sentada en Israel, no sólo porque no se espera que varíe su victoria por la mínima, sino porque se presenta como el candidato más capaz para formar un Ejecutivo con el nuevo parlamento. Con más del 98% de los votos escrutados y una participación electortal próxima al 67%, y a la espera del recuento de las papeletas de los soldados y la revisión de algunos recuentos erróneos, la formación derechista del Likud ha quedado por encima de la del centrista Benny Gantz de Azul y Blanco, los dos con más de un millón de votos, y una diferencia de apenas unos 13.000.
Gantz, asumió ayer la derrota en las elecciones pero se reivindicó como una alternativa real para el futuro de Israel. “Venimos de unos resultados increíbles”, aseguró sobre su coalición centrista Azul y Blanco que, formada hace menos de dos meses, ha obtenido el mismo número de escaños (35) que el derechista Likud de Netanyahu, con más del 98% de los votos escrutados.
Gantz, a quien algunos sondeos a pie de urna dieron una ligera ventaja por lo que reclamó la victoria en la noche electoral del martes sobre el jefe de Gobierno israelí, dijo ayer respetar “la elección del pueblo” y la que tome el presidente de Israel, Reuvén Rivlin, que a partir de la próxima semana realizará consultas para designar a un candidato que forme gobierno.
El segundo en la lista de Azul y Blanco, Yair Lapid, se mostró optimista al ver “una oportunidad de cambio”, dijo, y aseguró que ahora, desde donde están, iniciarán la campaña desde el año que viene. “Venimos a convertir el parlamento en un terreno mejor”, declaró y advirtió que el ADN de la formación es el de un partido gobernante.
Gantz insistió en que Azul y Blanco presenta un “nuevo camino, una nueva lengua y una nueva unidad” entre la fragmentada sociedad israelí, y valoró que Netanyahu ha recabado el voto de los “extremistas”.
la derecha se entiende Tanto Netanyahu como Gantz recibieron el apoyo de alrededor del 26% de los votantes, pero desde el comienzo de la campaña el primero se ha mostrado más capaz de formar una coalición en un espectro político donde la derecha está más representada y el centro-izquierda disminuye en la cámara. La distribución de escaños, que no se espera que cambie sustancialmente, ha conformado una Knéset con un bloque de derechas y religioso de 65 diputados frente a los 55 de los partidos de centro, izquierda y árabes. El presidente de Israel, Reuvén Rivlin, iniciará la próxima semana las consultas con todos los partidos con representación parlamentaria para encargar a uno de ellos formar Gobierno y las conversaciones, por primera vez, se retransmitirán en directo. Rivlin acordó con el presidente del Comité Electoral, Hanan Melcer, que se harán de este modo para garantizar una mayor transparencia, después de que Netanyahu denunciara durante la campaña un presunto favoritismo hacia Gantz.
Las otras dos formaciones más votadas en estos comicios han sido los partidos ultraortodoxos, Shas y Judaísmo Unido Por la Torá, con ocho asientos cada uno y socios tradicionales en los Ejecutivos de Netanyahu.
La Unión de Partidos de Derecha, liderada por Rafi Peretz y con cinco diputados, ya ha mostrado su apoyo a un gobierno de Netanyahu aunque pide al menos dos carteras ministeriales, mientras que el exministro de Defensa, Avigdor Lieberman, con otros cinco escaños de Israel Nuestro Hogar no ha comprometido su apoyo aunque sí ha rechazado aliarse con Gantz. “Las opciones existentes son unirme a un Gobierno de Netanyahu o quedarme en la oposición”, adelantó ayer.
Otra posible suma serían los cuatro diputados de Kulanu, cuyo líder Moshe Khalon entró anteriormente en la coalición de Netanyahu como titular de Finanzas.
El Partido Laborista en Israel ha descendido a su mínimo histórico hasta los seis asientos en estos comicios, mientras que el pacifista de izquierdas Meretz ha entrado por la mínima con cuatro diputados. Las listas electorales Hadash-Taal y Raam Balad, que representan a la minoría árabe en Israel alcanzaron seis y cuatro escaños respectivamente, aunque se registró un amplio descenso en la participación en las regiones árabes.
La recién creada Nueva Derecha del titular de Educación, Naftalí Benet y la ministra de Justicia, Ayelet Shaked, se ha quedado por el momento fuera del Parlamento al no superar el 3,25% de votos exigido por ley, a la espera de los resultados definitivos. Con la nueva cámara, el mandatario se encamina hacia su cuarto mandato consecutivo, un récord que le llevaría en los próximos meses a superar al histórico David Ben Gurión -primer jefe de Gobierno en Israel- como líder con más tiempo en el cargo. Los resultados electorales no se han visto afectados por el anuncio de la Fiscalía General de que imputará al actual jefe de Gobierno en tres casos de corrupción, una decisión aún pendiente de una vista preliminar que todavía se demorará durante varios meses.