Brasilia - El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, capitán de la reserva del Ejército, volvió a enaltecer ayer la fuerte presencia de los militares en su Gobierno al asistir al relevo de la dirección del alto Comando de la Aeronáutica. El líder de la emergente ultraderecha brasileña participó así en el que ha sido su tercer acto con el sector militar en los tres días efectivos que lleva en el poder.

El presidente brasileño no hizo ningún pronunciamiento durante el acto en el Comando de la Aeronáutica, pero horas antes anunció que estudiará con su equipo la posibilidad de poner fin a la Justicia del Trabajo, ya que considera que hay un “exceso de derechos” para los trabajadores.

“Cuando uno piensa en producir alguna cosa, cuando ve la cuestión de los encargos laborales, que molestan a todos en Brasil, esa persona desiste de emprender”, declaró Bolsonaro en una entrevista con la cadena televisiva SBT. En la primera entrevista desde su investidura, el pasado día 1, Bolsonaro dijo que estudia e incluso podría hacer una propuesta para la extinción de la Justicia del Trabajo, una jurisdicción específica que a su juicio está politizada.

“¿Qué país del mundo tiene (Justicia del Trabajo)? Ya tenemos la Justicia común. Si (un trabajador) entra en la Justicia y pierde, tiene que pagar”, manifestó. “Mira Estados Unidos. Allí casi no hay derechos laborales. No sirve de nada tener derechos si no hay trabajo”, completó.

Durante la transición de gobiernos, Bolsonaro confirmó la extinción del Ministerio de Trabajo, creado en 1930 y cuyas funciones serán redistribuidas entre las nuevas carteras de Justicia y Economía.

Pensiones En la entrevista, el mandatario también anticipó que pretende enviar al Congreso una propuesta de la reforma del sistema de pensiones para establecer una edad mínima para las jubilaciones de 62 años para los hombres y 57 años para la mujeres, frente a los 60 y 55 años, respectivamente, de la legislación actual. La reforma del sistema de pensiones es uno de los pilares del equipo económico del nuevo Gobierno, que la calificó también como su “principal desafío”.

Bolsonaro agregó que pretende aprovechar parte de la reforma propuesta por su antecesor, Michel Temer, pero con la revisión de algunos puntos y teniendo en cuenta las particularidades de cada región de Brasil. “No es una reforma que da un número para todo el mundo. Habrá una diferencia para facilitar la aprobación (en el Congreso) y para que no se haga ninguna injusticia con quienes tienen una expectativa de vida mejor”, como es el caso del Nordeste, subrayó el presidente.

Asimismo, Bolsonaro, un nostálgico de la dictadura militar (1964-1985) y quien prometió liberar a Brasil “del socialismo, de la inversión de valores y de lo políticamente correcto”, destacó que su país siempre estuvo “bajo el riesgo del socialismo” y que muchos deseaban “un régimen similar al de Cuba o al de Venezuela”. “Si nunca tuvimos socialismo en Brasil fue gracias a las Fuerzas Armadas, hay que agradecerlas”, dijo.