Washington - La decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de retirar las tropas de su país de Siria supone un vuelco a su estrategia militar en Oriente Medio y se ha visto influenciada, entre otros, por el caso de asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi. Sin previo aviso, Trump anunciaba el miércoles el repliegue de los soldados estadounidenses, que ascienden a unos 2.000, del territorio sirio, lo que ha suscitado críticas dentro de Estados Unidos, e incluso las dimisiones del secretario de Defensa, James Mattis, y del enviado especial para la coalición contra el Estado Islámico (EI), Brett McGurk.
Para el director del Centro de Oriente Medio de la Universidad de Oklahoma, Joshua M. Landis, se trata de un cambio importante en la estrategia castrense de la potencia respecto a Oriente Medio. “Trump acaba de terminar las elecciones de medio mandato, ahora se dirige a elecciones generales en dos años y quiere atraer a la gente estadounidense que está cansada de guerras en Oriente Medio”, subrayó Mattis.
No obstante, el experto auguró que los soldados se retirarán lentamente, pese a que “Trump hizo esas declaraciones drásticas, porque le gusta llamar la atención, y quería reasegurarle a su amigo (Recep Tayyip) Erdogan que EEUU se va (de Siria) y va a parar el suministro de armas a los kurdos, que es lo que Erdogan quería”.
Y es que si el presidente de EEUU ha tomado esta decisión ahora es porque “Turquía estaba amenazando con bombardear e incluso invadir el norte de Siria, ya que Estados Unidos ha estado armando a sus enemigos, el kurdo YPG”, el Partido de la Unión Democrática, principal partido político kurdosirio. Desde septiembre de 2014, EEUU ha intervenido militarmente en Siria en el marco de la coalición internacional contra el grupo terrorista Estado Islámico (EI) a través de bombardeos y, sobre el terreno, apoyando a las milicias kurdosirias.
El caso Khashoggi Ankara, que teme la creación de un Estado kurdo en su frontera, considera “terroristas” a dichas milicias y se ha mostrado crítica con el respaldo estadounidense. Según Landis, Erdogan ha sabido jugar sus cartas a través del caso del periodista saudí asesinado en octubre en Estambul, Jamal Khashoggi, que a su juicio tiene “conexión” con el repliegue de Estados Unidos. “Washington quiere reforzar a Arabia Saudí para confrontar a Irán en la región, pero el caso Khashoggi, sobre todo por la manera en que se ha desvelado, por parte de Erdogan -lentamente y de forma tortuosa-, ha herido la política de EEUU en Oriente Medio de manera tremenda”, indicó Landis.
Como consecuencia de este caso, el Senado votó a favor de poner fin al apoyo militar a Arabia Saudí en la guerra de Yemen, en la que Riad encabeza una coalición frente a los rebeldes hutíes, respaldados por Teherán. El repliegue ha sido muy críticado, incluso del Partido Republicano, que denunció que Trump está “empoderando” a Moscú, Teherán, al presidente sirio, Bachar al Asad, así como a los remanentes del Estado Islámico.