Berlín - El activista del grupo punk ruso Pussy Riot Piotr Verzílov fue trasladado ayer a Berlín para ser tratado del supuesto envenenamiento que sufre y por el que ingresó en un hospital de Moscú el pasado martes, según informaciones del popular diario alemán Bild.

El miembro de la banda rusa llegó a la capital alemana el sábado a última hora de la tarde a bordo de una aeronave medicalizada y se encuentra en manos de especialistas, prosigue ese rotativo.

Verzíloz es uno de los cuatro activistas del grupo Pussy Riot que saltó al campo del estadio Luzhnikí durante la final del Mundial de fútbol de Rusia entre Francia y Croacia y uno de los editores de la plataforma independiente de noticias Mediazona.

Tras esta acción, fue arrestado junto con los otros miembros de su grupo, que hace unos días informó a través de su cuenta en la red social Facebook de que se encontraba “en estado crítico” en la unidad de Toxicología del Hospital Clínico Bajrushin de Moscú.

Verzílov, que este martes fue ingresado en un hospital de Moscú en un estado crítico y con síntomas de envenenamiento, llega en busca de un nuevo diagnóstico. “Lo trasladaron para que reciba tratamiento y se precise el diagnóstico”, dijo la agencia Interfax María Aliójina, integrante de Pussy Riot, quien junto con dos compañeras fue condenada en 2012 a dos año de prisión por escenificar una plegaria punk en el mayor templo ortodoxo del país.

Este viernes, Aliójina informó de que Verzílov había recobrado el conocimiento, pero que seguía en una unidad de cuidados intensivos.

La pareja de Verzílov, Veronika Nikúlshina, confirmó que viajaba con él a Berlín en un avión ambulancia contratado por el padre del activista enfermo.

Según Nikúlshina, su pareja empezó a sentirse mal después de una vista en un tribunal, estando ya en casa, donde comenzó a perder la vista, el habla y la movilidad, por lo que fue ingresado de urgencia en un hospital.

La familia del activista indicó que los médicos les comunicaron que barajaban una intoxicación por ingesta de medicamentos como posible causa del repentino deterioro de su salud.

En particular, mencionaron fármacos anticolinérgicos, que se emplean para tratar una amplia gama de síntomas, cuyo consumo en dosis inadecuadas pudo haber llevado a esos efectos secundarios.

La familia de Verzílov se niega a aceptar esa hipótesis, al mostrarse segura al “100 por ciento” de que él no pudo tomar las pastillas capaces de producir ese efecto por voluntad propia.

De confirmarse que el envenenamiento fue provocado, el caso Vezílov se sumaría a una larga lista de ataques de este tipo tras los que surge la sospecha de una participación directa o cuando menos consentimiento, de las autoridades rusas. El primero de esos caso fue el del exespía ruso Alexander Litvinenko, envenenado con polonio 210 y el último el de otro exespía, Seguéi Skripal y su hija. - Efe