Washington - El veredicto que declaró culpable a Paul Manafort, el exjefe de campaña del ahora presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sacudió ayer la Presidencia del mandatario ante las consecuencias que pueda tener en la investigación de la trama rusa. Una noticia que, sumada a la declaración de culpabilidad que el abogado Michael Cohen hizo ante un juez de Nueva York admitiendo haber violado normas sobre financiación de campañas electorales y vinculando directamente al presidente con pagos para comprar el silencio de dos mujeres que podían perjudicarle de cara a las elecciones, sacudió ayer la situación política de Donald Trump.

La brecha judicial que pudiera abrir contra el presidente la acusación de Cohen se une a la incertidumbre sobre Manafort, condenado por ocho de los 18 cargos por fraude que se le imputaban, lo que podría suponer una condena que le llevara a terminar sus días en prisión. Ante esta situación, y a la espera de ver qué sucede con el resto de delitos de los que se le acusan, el foco está ahora en si Manafort buscará colaborar con los investigadores de la trama rusa para reducir su condena o tratará de ganarse un indulto del presidente.

La respuesta de Trump ha llegado de momento a través de unas declaraciones en la cadena Fox. El presidente de Estados Unidos aseguró que el dinero aportado para silenciar a dos mujeres por sus supuestas relaciones con él procedía de su fortuna y no de su campaña electoral. “No venían de la campaña. Procedían de mí”, dijo Trump en una entrevista con esa cadena conservadora que se emitirá hoy íntegramente y de la que ayer se conocieron algunos extractos. “De hecho, lo primero que pregunté fue si procedían de la campaña. Eso podría haber sido un poco turbio”, agregó.

Y es que el exabogado de Trump Michael Cohen se declaró culpable en Nueva York ante un juez federal de haber violado normas sobre financiación de campañas electorales y reconoció haber gestionado antes de los comicios dos pagos, de 150.000 y 130.000 dólares, a dos mujeres que aseguraban haber mantenido relaciones con el entonces candidato republicano a la Presidencia. El mandatario apuntó que supo “más adelante” de los pagos realizados por Cohen. En mayo Trump ya reconoció haber abonado a Cohen 130.000 dólares pagados a la actriz porno Stormy Daniels en un acuerdo de confidencialidad para acallar “acusaciones falsas” de que habían mantenido una relación.

Esos pagos podrían violar las leyes sobre financiación electoral, porque podrían considerarse un aporte ilegal de la campaña de Trump. El letrado aseguró que actuó “bajo dirección del candidato” y “con el objetivo principal de influir en las elecciones”, implicando explícitamente a Trump en esos posibles delitos.

En los últimos meses, Trump ha tratado de distanciarse del que durante años fuera uno de su más estrechos colaboradores, después de que en abril pasado el FBI registrara la oficina de Cohen y se incautara de multitud de documentos. Preguntada por el tema durante una rueda de prensa, la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, subrayó ayer en varias ocasiones que Trump “no ha hecho nada malo” y que “no hay cargos contra él”. “No creo que el presidente esté preocupado en absoluto, sabe que no hizo nada mal”, respondió Sanders a una cuestión sobre si a Trump le inquieta que Cohen pueda cooperar con el fiscal especial que investiga la supuesta trama rusa, Robert Mueller.

Sanders evitó dar pábulo a la posibilidad de que los demócratas puedan abrir un juicio político contra Trump si retoman la Cámara de Representantes tras las elecciones legislativas de noviembre y denunció que la perspectiva de un proceso de destitución es “el único mensaje” que la oposición parece tener de cara a los comicios.

ataque en twitter Previamente, y como casi es ya una tradición comunicativa en el caso de Trump, el presidente se pronunció en su perfil de Twitter sobre los casos de Cohen y Manafort. Y lo hizo atacando con dureza a Cohen, a quien acusó de “inventar historias” para lograr una condena menor.

“La Justicia tomó un caso de impuestos de hace 12 años, entre otras cosas, aplicó una tremenda presión sobre él (Paul Manafort, su exjefe de campaña) y al revés que Michael Cohen, rehusó derrumbarse, inventar historias para lograr un pacto”, afirmó Trump en un mensaje en su cuenta de Twitter. “¡Gran respeto por un gran hombre!”, agregó.

El mandatario estadounidense comparaba así los casos de Manafort, que también ayer fue declarado culpable de cargos de evasión fiscal y fraude bancario, y de Cohen, quien admitió su culpabilidad en ocho cargos, incluidos dos de violación de la ley federal de financiación de campaña. En tono irónico, el gobernante republicano también escribió que “¡Si alguien está buscando a un buen abogado, le sugeriría con contundencia que no contratase los servicios de Michael Cohen!”. “¡El presidente (Barack) Obama tuvo una gran violación de las finanzas de campaña y se resolvió fácilmente!”, agregó. Cohen admitió, además, ser culpable de ocho cargos, que incluyen evasión fiscal y fraude bancario, y que podrían enviarle a prisión durante años.

En el foco Lo cierto es que Manafort, y la confesión de delitos de Cohen, involucran al propio mandatario y el diario The Washington Post no duda en su editorial en poner el foco sobre Trump. “El presidente de EEUU fue acusado de forma creíble en una corte federal de pedir a uno de sus subordinados que cometiera un delito federal”, asegura la cabecera, que explica que el objetivo del ahora mandatario fue hacer un fraude “a los votantes”.

“Trump no puede fingir que estos delitos no ocurrieron o que no tienen nada que ver con él (...) Y tampoco puede hacerlo el Congreso”, prosigue el rotativo, que también pide a los legisladores abrir una investigación contra el presidente.

En este sentido, reclama al Partido Demócrata y al Republicano que vuelvan al deber público del que han “abdicado” y considera que un congresista “no puede dejar con la conciencia tranquila que un conspirador esté en la Casa Blanca”.

Una línea similar sigue The Wall Street Journal, que en su editorial de ayer incidía en que los hechos conocidos el martes son “dañinos” para el presidente y muestran “los oscuros” colaboradores de los que se rodea el magnate en su vida privada y política. “Si suponen una amenaza fatal para su Presidencia, está lejos de ser claro y las pruebas en ambos casos no están relacionadas con las alegaciones de coordinación con Rusia que pusieron a rodar estas investigaciones”, indica el diario, que ve en el paso de Cohen un riesgo mayor para el dirigente. Apunta a las elecciones legislativas de noviembre como un momento clave para Trump, ya que el periódico duda de que el presiente vaya a ser imputado mientras esté en la Casa Blanca, pero cree que un Congreso con mayoría demócrata podría impulsar un “proceso de destitución”.

The New York Times asegura que “solo un completo fantasioso -solamente el presidente Trump y su secta- podrían seguir diciendo que la investigación sobre subversión extranjera de unas elecciones de Estados unidos, que ya se ha cobrado docenas de otras imputaciones y declaraciones de culpabilidad, es (...) una caza de brujas”. Por otro lado, la oposición demócrata en el Senado pidió ayer retrasar las audiencias de confirmación del candidato para ocupar la vacante de juez del Tribunal Supremo después de que Cohen vinculara a Trump, con varios delitos. “El Comité Judicial del Senado debería parar la consideración de la nominación de Kavanaugh”, aseguró el líder en la Cámara Alta, Chuck Schumer. - Efe