Estambul - El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, dijo ayer que su país, sancionado por Washington, boicoteará los productos electrónicos estadounidenses. “Vamos a boicotear los productos electrónicos de Estados Unidos. Si ellos tienen iPhone, en el otro lado hay Samsung”, declaró el mandatario en un discurso televisado ante los miembros de su partido, el gobernante AKP.

El anuncio del jefe de Estado y de Gobierno se enmarca en la reciente escalada de tensiones diplomáticas entre Estados Unidos y Turquía a raíz de la detención de un pastor protestante estadounidense en Turquía hace dos años, que permanece en arresto domiciliario.

El Gobierno estadounidense ha impuesto sanciones a dos ministros turcos y ha duplicado los aranceles al acero y aluminio de Turquía, lo que ha aumentado la desconfianza de los inversores en el país eurasiático y acelerado el desplome de la lira turca, que se ha depreciado más del 25% en lo que va de mes.

Erdogan volvió a definir la depreciación de la moneda turca como consecuencia de un “ataque económico” desde el exterior. “Podemos hacer dos cosas: una en economía y la otra en política. Hemos tomado las medidas que la economía necesita y seguiremos haciéndolo. Lo más importante, es mantener una posición política fuerte”, afirmó el mandatario.

Por un sacerdote Precisamente, un juzgado de Esmirna rechazó ayer el recurso del abogado de Andrew Brunson, un sacerdote protestante que está en arresto domiciliario tras casi dos años en prisión preventiva, informa la agencia turca Anadolu. La detención de Brunson bajo la acusación de vínculos terroristas es una de las principales causas de la tensión diplomática entre Washington y Ankara que ha contribuido al inaudito desplome de la lira turca desde inicios de este mes.

Brunson, un pastor protestante que llevaba veinte años residiendo en Turquía, fue detenido en octubre de 2016 y está acusado de “espionaje” y vínculos tanto con la guerrilla marxista kurda PKK como con la cofradía islamista del predicador turco Fethullah Gülen, archienemiga del grupo armado kurdo.

A finales de julio, un juzgado decretó el traslado de Brunson de la cárcel a arresto domiciliario, y ayer mantuvo esta decisión, rechazando la petición de libertad provisional y permiso de viajar al extranjero.

Estados Unidos ha pedido reiteradamente la puesta en libertad del clérigo y ante la negativa turca impuso a principios de agosto sanciones económicas a los ministros de Interior y Justicia turcos. Ankara respondió con idénticas medidas, exacerbando así la tensión entre los dos países, tradicionalmente aliados, una situación que ha profundizado la desconfianza de los inversores en la economía turca, lastrada con una alta deuda en divisa extranjera y un elevado índice de inflación.

A pesar de tener un efecto más simbólico que otra cosa, la imposición mutua de sanciones fue el detonante precipitador del derrumbe de la lira turca, que venía ya perdiendo valor frente al euro y el dólar desde hace meses. Solo en las últimas dos semanas, la moneda del país euroasiático se devaluó en un 25%.

El ministro de Exteriores turco, Mevlüt Çavusoglu, confirmó ayer que “no hay cambios” en el caso de Brunson y agregó que el encargado de negocios de la embajada estadounidense en Ankara visitará este martes al religioso en su domicilio en Esmirna, en la costa occidental del país, junto al Mar Egeo. - Efe