Bruselas - Nuevo golpe a los valores fundamentales de la Unión Europea y a la democracia en Hungría. El partido del ultraconservador Viktor Orbán ha aprobado una ley que pone entre rejas a personas y ONG que ayuden a inmigrantes. La Comisión Europea ha anunciado que “tomará las medidas oportunas” y ha pedido tiempo para “evaluar” la nueva legislación de Budapest.
Ayer, el Parlamento húngaro -con mayoría absoluta del Fidesz de Orbán- dio luz verde a la conocida como ley Stop Soros y aprobó una enmienda constitucional que prohíbe la reubicación de refugiados. También considera ilegal el hecho de permanecer en la calle, en referencia a los sin techo.
Ayudar a inmigrantes ya es, por tanto, ilegal en la Hungría de Orbán. Aquellas personas que ayuden a refugiados o solicitantes de asilo podrían ir a la cárcel. Solo la consideración de “sospechoso” justifica hacer un seguimiento. Asimismo, se prohíbe a las ONG o voluntarios informar sobre abusos de poder de la autoridad en las fronteras o en los centros de acogida, y los nuevos criterios para obtener el estatus de refugiado lo hacen prácticamente imposible. Por si todo ello fuera poco, a los solicitantes de asilo se les retira el derecho a un asesoramiento legal o un apoyo psicológico especializado.
El Ejecutivo de Jean-Claude Juncker aseguró que “tomará las medidas oportunas” al respecto. “Estamos examinando las leyes para tener una fotografía más precisa, clara y definitiva pero no daremos la espalda a los principios y valores sobre los que está construida Euro-pa”, dijo ayer el portavoz de la Comisión Alexander Winsterstein. - M. G. Zornoza/Aquí Europa