Izaskun Bilbao, eurodiputada por el PNV, participó como observadora internacional en una jornada en la que los colombianos votaron “sin miedo” por primera vez y en la que pidieron acuerdo entre los candidatos, una vez comprendido que “la paz ha llegado para quedarse”.

Acaba de aterrizar en Madrid desde Colombia tras asistir a esa segunda vuelta este domingo. ¿Cómo ha sido y cómo ha vivido el proceso electoral?

-Este fin de semana hemos estado en la segunda vuelta y tanto en esta como en la primera la gente ha votado en situación de tranquilidad, yo diría que contenta, porque era la primera vez que iban a las urnas sin presión o miedo y eligiendo a opciones que nunca habían existido en Colombia, con un pacto de no violencia entre todos los candidatos, ya en la primera vuelta. Además, ha habido una participación histórica en la segunda vuelta: en otras elecciones no se había pasado del 44% y ayer rozábamos el 53% o se superaba. Por lo tanto ya hay dos novedades. La cuestión más importante es que un partido de izquierdas se ha consolidado en un parlamento y va a tener un peso específico. De los dos candidatos, aunque tuvo más votos Duque, Petro tuvo ocho millones de votos. La diferencia ha sorprendido a todos.

¿Ve precisamente al país polarizado entre esas dos opciones tan diferentes que han sacado poca diferencia de votos?

-Sí es verdad que los dos candidatos planteaban dos propuestas opuestas y polarizadas, pero el resultado electoral va a obligar tanto al gobierno como a la oposición a trabajar para adoptar medidas que sean mucho más consensuadas de lo que lo fueron históricamente. No es fácil para un gobierno con una oposición sólida como la de Petro adoptar las medidas que quiera, porque puede tener una respuesta de la gente que ha salido a votar. Es la incógnita, en la primera vuelta (Sergio) Fajardo (candidato de izquierdas que fue tercero) fue la novedad quedándose a pocos votos de Petro y no se sabía si esas personas que votaron al tercero en discordia podrían votar o no a Petro. Al final, el nivel de participación se ha mantenido con respecto a la primera vuelta y Duque hizo también esfuerzos hablando de diálogo, de consensos. Es una situación interesante porque los resultados obligan a las dos partes.

¿Cómo cree que seguirá el nuevo presidente los acuerdos de paz firmados por el presidente Santos? El presidente Duque tiene una línea más dura con los miembros de las FARC.

-Escuchamos a Duque decir que los acuerdos tienen carácter constitucional y que es un paso que aceptan todos. Ocurre que hay que ver cómo se van aplicando los desarrollos. Después de escuchar a los miembros de la comisión de la verdad, del grupo que trabaja con los desaparecidos? lo que está claro es que la paz ha llegado para quedarse y creo que socialmente en las posiciones en las que están los candidatos no se van a poder hacer grandes cambios. Va a ser muy complicado abordar cambios que están ahí, aunque es verdad que Duque ha hecho promesas. La principal: que un miembro de las FARC no puede ir directo a ser representante político. Quizá pueda actuar en estas cosas más políticas y mediáticas. Pero lo que el mundo plantea es que los acuerdos de paz se deben mantener y abordar para evitar otros riesgos.

¿Y cómo ve la actuación que puede realizar el presidente en el plano económico? ¿Puede haber ahí más reformas?

-En los aspectos comerciales creo que está dispuesto a profundizar en el acuerdo con la UE. Se ha desarrollado pero quizá no con toda la intensidad que nos hubiese gustado. La relación era buena y estos aspectos de colaboración comercial no van a cambiar, el presidente ha anunciado un apoyo a las pequeñas y medianas empresas y una reforma agraria para que haya posibilidades en la tierra. Hay que recordar el primer acuerdo de paz y más importante, que fue el desarrollo rural y ahí hay algo que está resultando complicado: la devolución de tierras.