Bruselas - Marta Marín, delegada del Gobierno Vasco ante la Unión Europea, pidió ayer durante el Foro Aquí Europa Las comunidades autónomas frente al nuevo marco presupuestario (2021-2027) una mayor ambición por parte del Ejecutivo comunitario”. Marín criticó que la propuesta de Bruselas “peca de falta de ambición” y criticó que se haya alineado con las prioridades del Consejo en vez de con el Parlamento Europeo.

El Foro Aquí Europa Las comunidades autónomas frente al nuevo marco presupuestario (2021-2027) reunió ayer en la capital comunitaria a las representaciones de prácticamente todas las delegaciones regionales ante la UE. Al encuentro acudieron también Pablo García Berdoy, embajador de la representación permanente de España frente a la Unión Europea, además de miembros de la Comisión Europea implicados en el proceso de diseño del nuevo marco financiero plurianual (MFP), que establece las reglas de gasto del presupuesto de la Unión durante siete años, y Agustín Miranda, de Asaja. Además del MFP desde una perspectiva general, los participantes entraron en profundidad en distintos campos como agricultura, economía circular y fondos de cohesión.

sube defensa, baja agricultura Las nuevas Cuentas que marcarán el marco financiero de la Unión Europea del año 2021 al 2027 centran todas las discusiones en Bruselas. La Comisión Europea hizo su propuesta para el próximo MFP a principios de mayo, y en él reflejó el cambio en las prioridades de la Unión Europea: se recortan los programas tradicionales y típicos de la UE, como la partida agrícola (un tijeretazo del 5% a precios fijos que podría subir hasta 12% en precios corrientes) y cohesión (7% menos sin tener en cuenta la inflación), y a cambio aumentó la inversión en partidas nuevas, especialmente en Defensa y Seguridad, aunque también apuestan por el medio ambiente y la innovación.

Marta Marín, delegada del Gobierno de Euskadi frente a la UE, intervino durante la primera mesa de la mañana, dedicada a una discusión amplia sobre el futuro presupuestario de la Unión Europea. Marín criticó que el Ejecutivo comunitario haya apostado por unas cuentas que se ajustan más a lo que pedía el Consejo de la UE, que representa a los Estados miembros y que siempre busca reducir al máximo el gasto en el presupuesto, frente a lo que pedía el Parlamento Europeo.

Finalmente la aportación de los Estados miembros al presupuesto será del 1,13% del PIB europeo, mientras que la Eurocámara pedía una cifra superior, del 1,3% del PIB.

El Gobierno Vasco pidió un 2%: “Habría sido una contribución donde no habrían sido necesarios recortes en programas como la política agraria común (PAC) o los fondos de cohesión, y se podrían haber asumido mucho mejor los nuevos retos como Seguridad y Defensa”, aseguró la delegada vasca.

Marín también dio la opinión del Gobierno Vasco respecto a las nuevas prioridades reflejadas en el MFP, que “son importantísimas, pero podía haber existido la posibilidad de una mayor sinergia con la OTAN para liberar más recursos que se pudieran haber dedicado a políticas de corte más social, políticas de cohesión y PAC”.

El agujero del ‘Brexit’ Este nuevo presupuesto está marcado por un hecho crucial: el Reino Unido abandonará el bloque europeo el 29 de marzo de 2019, y con ello sus contribuciones al presupuesto de la Unión Europea. Eso se traduce en que cada año habrá un agujero de entre 12.000 y 14.000 millones de euros. Ante esa situación la Comisión Europea ha trabajado durante meses para intentar reconciliar dos posturas enfrentadas dentro de la Unión: los países nórdicos que explicaban que el presupuesto debía absorber dicho agujero y que este no debía taparse, sino, de hecho, aprovecharse para recortar un presupuesto que ven excesivamente grande, y los países como Francia, España, Italia o Portugal, que apuestan por aumentar los ingresos para contrarrestar la pérdida británica.

La propuesta final de Bruselas mezcla las dos opciones: recorta en algunas partidas, a las que además los nórdicos se oponen frontalmente al no verse beneficiados (como son por ejemplo PAC y fondos de cohesión, pensados para regiones en peor estado económico), y por otro lado aumenta también en otras. Cada Estado miembro tendría que aportar un poco más cada año.