Roma - Mano dura contra la inmigración y ayudas al empleo para las clases bajas son las primeras promesas del nuevo Gobierno de Italia, formado por el Movimiento Cinco Estrellas (M5S) y la Liga, que hoy se somete a la confianza parlamentaria. El nuevo primer ministro, Giuseppe Conte, acude esta mañana ante los grupos parlamentarios para explicar las prioridades de su Gobierno y obtener la confianza, algo que no presentará sorpresas, ya que el M5S y la Liga juntos tienen la mayoría tanto en la Cámara de los Diputados como en el Senado.

Mientras, los líderes de las dos formaciones que configuran este Ejecutivo, Luigi Di Maio (M5S, antisistema) y Matteo Salvini (Liga, ultraderecha), ya se lanzaron ayer a comunicar sus primeras promesas. Di Maio es vicepresidente y ostenta dos ministerios, Desarrollo Económico y Trabajo y Políticas Sociales, mientras que Salvini también es vicepresidente del Gobierno y ministro del Interior.

Salvini ha asegurado que aplicará mano dura contra la inmigración para acelerar las expulsiones y ha advertido de que el país no votará el documento sobre inmigración que debate hoy la Unión Europea en el Consejo de ministros de Interior que se celebra en Luxemburgo y al que, por cierto, no irá, porque permanecerá en Italia para votar la confianza al nuevo Gobierno.

“Votaremos no al documento que será presentado en la reunión en Luxemburgo sobre la inmigración porque penalizará de nuevo a Italia y a otros países del Mediterráneo a favor de los países del norte y del este de Europa”, advirtió.

Su posición contra la inmigración no es nueva, ya en los últimos meses ha mantenido un discurso firme contra las personas que llegan a Italia a través del Mediterráneo en busca de un futuro mejor e incluso recientemente ha afirmado que a los inmigrantes indocumentados “se les ha acabado la buena vida”.

Ayer volvió a reiterar que “Italia no puede transformarse en un campo de refugiados”, igual que hiciera el domingo durante su visita a la isla de Sicilia, acostumbrada a acoger a los inmigrantes rescatados en el Mediterráneo Central. Su negativa a participar en la reunión de hoy en Luxemburgo ha sido criticada por el Partido Demócrata (PD, centroizquierda), que ha gobernado durante los últimos cinco años. En una nota, el PD ha considerado que Salvini debería asistir para mostrar que Italia tiene una postura dialogante con las instituciones comunitarias y también para defender “la posición de Italia en la modificación” de este documento, que puede afectar al país.

Encuentro Mientras, Di Maio se reunía ayer con repartidores a domicilio en bicicleta en su primer encuentro como ministro, un colectivo que sufre condiciones precarias que el nuevo Ejecutivo tratará de atajar. Denunció que estos repartidores “a veces tienen un seguro mínimo o carecen del mismo, tienen sueldos de pocos euros, a veces no cuentan con contrato y asumen muchos riesgos”, como un joven de Milán (norte) que perdió una pierna en un accidente y al que recibió. Opinó que son “el símbolo de una generación abandonada” y perjudicada “por leyes de la precariedad”, afirmó. - Efe