Managua - Nicaragua vivió ayer su sexto día de protestas contra el Gobierno, en las que ya ha habido al menos 27 muertos, cientos de heridos y numerosos comercios destruidos, al tiempo que se prepara para la que se espera sea la gran marcha “por la paz y el diálogo”, que ha sido convocada por los empresarios en Managua.

En la capital, estudiantes atrincherados en la Universidad Politécnica de Nicaragua (Upoli) se enfrentaron en la madrugada de ayer a la Policía, mientras que en el interior del país muchos manifestantes permanecieron en la calle durante la noche, sin que se registraran incidentes.

El domingo el presidente Daniel Ortega anunció la derogación de la reforma a la seguridad social, detonante de las protestas el miércoles pasado, pero ello no ha calmado los ánimos en el país y en las calles de distintas ciudades hay barricadas, neumáticos quemados, piedras, troncos cruzados y desolación.

Estudiantes y representantes de la oposición dijeron que “la seguridad social ya no es el tema, sino la libertad de expresión, la corrupción, y tantos otros”, según afirmó la presidenta del Frente Amplio por la Democracia (FAD), Violeta Granera. “¡Basta ya! Están atacando la Upoli por el lado del Rupap, hay varios heridos e incluso se habla de algún muerto. ¡En este ambiente no puede haber ningún diálogo!

¡Que cese ya la represión!”, escribió el obispo Silvio Báez, una de las personalidades más respetadas del país, en su cuenta de Twitter.

Los universitarios han sido los principales protagonistas de las mayores protestas contra Ortega en los 11 años consecutivos que lleva al frente del poder, en medio de denuncias de autoritarismo por parte de la oposición.

En el mismo discurso en el que anunció la derogación de la reforma -que aumentaba las cuotas a la seguridad social y bajaba las pensiones-, Ortega advirtió de que actuará “con la firmeza correspondiente” para evitar que “se imponga el caos, el crimen, el saqueo” y aseguró que para ello cuenta con la ley y el respaldo de las mayorías.

Mientras Ortega ha acusado a “pequeños grupos de la oposición” de los desórdenes -incluidos saqueos a comercios y ataques a tiros que han costado vidas como la de un periodista cuando transmitía en directo los enfrentamientos- los estudiantes y manifestantes culpan de ello a las fuerzas de choque del Gobierno, conocidas como “turbas” que, señalan, actuarían con el apoyo de la Policía.

El mexicano Roberto Rock, presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de esta entidad, recordó que la SIP “denuncia en cada informe semestral el “autoritarismo y las restricciones a la libertad de expresión” que impone el Gobierno de Ortega.

El presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada, José Adán Aguerri, escribió en las redes sociales: “No puede seguir habiendo más represión. No puede haber más muertos. No pueden seguir perdiendo la vida nuestros jóvenes”.