Berlín - La socialdemocracia alemana mostró ayer sus disensos internos ante el preacuerdo de coalición pactado el viernes entre su líder, Martin Schulz, y la canciller Angela Merkel, que las nuevas generaciones del partido califican de “declaración de bancarrota”. Un día después de lograrse el consenso, surgió el primer mensaje de rechazo entre los correligionarios de Schulz, al imponerse el no a otra alianza de gobierno en el congreso regional del Partido Socialdemócrata (SPD) del Land de Sajonia-Anhalt. Las juventudes del SPD -Jusos- y representantes de su ala izquierda habían presentado una moción pidiendo el no y obtuvieron el respaldo de 52 delegados, frente a 51 partidarios del sí, tras un intenso debate. Antes de la votación, el ministro de Exteriores y exjefe del SPD, Sigmar Gabriel, había defendido la reedición de la alianza con el argumento de que el SPD no puede bloquear la gobernabilidad de Alemania, para calificar luego de “inteligente” lo consensuado.
Por otro lado, criticó que ese preacuerdo deba ser sometido al congreso extraordinario del próximo día 21 en Bonn, ya que ello implica, a su parecer, falta de confianza en la cúpula e incluso en el voto final de las bases. El preacuerdo deberá recibir el visto bueno de los 600 delegados para poder iniciar negociaciones formales de coalición; si se alcanza luego un pacto de gobierno, se someterá a una consulta entre los 445.000 militantes de base.
Esta modalidad de ratificación ralentiza aún más la formación del nuevo Gobierno, tres meses y medio largos después de las elecciones generales, además de prolongar la incertidumbre política actual.
semanas turbulentas Al SPD le esperan semanas turbulentas y de exhibición de divisiones, después de haberse hundido en las generales del 24 de septiembre hasta su mínimo histórico, un 20,5%. Schulz pretendía ir a la oposición para favorecer la regeneración interna, pero se vio abocado a negociar otra gran coalición, pese a que cada una de esas alianzas anteriores ha erosionado al partido. Aferrarse al no a otra gran coalición precipitaba el peligro de ir a nuevas elecciones, con pronósticos negros para el SPD.
Los Jusos, con 70.000 miembros, hicieron campaña electoral con el lema NoGroKo -la abreviatura acuñada en Alemania para la gran coalición- y ahora siguen en pie de guerra contra lo acordado entre Schulz y Merkel. Es la “declaración de bancarrota” y un claro “auto-fraude electoral”, según su líder en Baviera, Stefanie Krammer, muy en la línea del rechazo frontal que piensa llevar al congreso de Bonn el jefe nacional de los Jusos, Kevin Kühner. - G. Casadevall