Londres - El día en el que se esperaban los cambios en el Ejecutivo de May, el ministro de Irlanda del Norte James Brokenshire, anunció por sorpresa su salida, alegando una operación pulmonar que no le dejarían dedicar “esfuerzo, energía y enfoque completo” que se necesitan para el puesto.

No en vano el puesto de Brokenshire es una cartera complicada. Tiene que lidiar con dos patatas calientes: el futuro de la frontera irlandesa tras el Brexit y el atasco de casi un año en la negociación entre el Sinn Féin y el Partido Unionista Democrático (DUP, por sus siglas en inglés) para formar gobierno en Belfast tras las últimas elecciones en Irlanda del Norte.

“Realmente aprecio todos los amables mensajes. Detenerme me permitirá concentrarme por completo en mi familia, mi salud y recuperarme de la cirugía rápidamente para poder volver a la primera línea política tan pronto como pueda”, reconocía Brokenshire.

Aliado político de la primera ministra, la salida de James Brokenshire amenaza con complicar aún más la crisis política del territorio norirlandés, que tiene en su gobierno un poder compartido entre protestantes y católicos, establecido tras la firma del acuerdo de paz del Viernes Santo (1998).

May agradeció el trabajo de los últimos meses de Brokenshire, diciendo que había demostrado que su papel era “vital”, echándole muchas horas y esfuerzo, por lo que es “absolutamente correcto que ahora ponga por delante su salud”. Lo mismo hizo Arlene Foster, la líder del DUP, quien le rindió un caluroso homenaje por haberse “sumergido completamente en el papel y dedicar largas horas a tratar de progresar en el acuerdo”. A James Brokenshire le sucederá Karen Bradley, anteriormente ministra de Cultura y antigua aliada de la premiere durante su etapa al frente del Ministerio del Interior, durante el gobierno liderado por David Cameron. Sin embargo, pese a este movimiento, todo apunta a que, por el momento, el territorio verá un retorno al gobierno directo desde Westminster, pese a las largas rondas de conversaciones y las numerosas extensiones de plazo. - R. Álvarez