Bastia (Córcega) - Tras arrasar este domingo en la primera vuelta de las elecciones corsas, el líder independentista Jean Guy Talamoni asegura que el éxito en las urnas dará a los nacionalistas la legitimidad para incrementar su presión y exigir a París que responda a sus demandas. El líder del partido Corsica Libera (Córcega Libre) y presidente de la Asamblea corsa señala que es la hora de la reivindicación de un “estatuto de autonomía, de la cooficialidad de la lengua corsa o de una amnistía para los presos políticos, que ha sido validada por la ciudadanía” y debe ser escuchada. “Si París no quiere oír nada, puede que tengamos que pedir a los corsos que manifiesten su voluntad en la calle y también que hagamos un gira por capitales europeas para denunciar la negación de la democracia que cometería y comete Francia desde hace dos años”, advierte desde su sede de campaña en Bastia. Francia “da lecciones de derechos humanos en todo el mundo y deberá responder de su comportamiento con un pequeño pueblo como el nuestro”, sostiene.

Los dos años mencionados se remontan a diciembre de 2015, cuando su partido y el del autonomista Gilles Simeoni, asociados como ahora en la coalición Pè a Corsica (Por Córcega), se impusieron por primera vez en el poder regional con el 35,34% de los votos.

Este domingo, a la espera de la celebración de la segunda vuelta dentro de una semana, superaron en diez puntos ese porcentaje (45,36%) y vieron revalidado un programa que en los próximos diez años no contempla la independencia, pero sí una autonomía de pleno derecho y ejercicio. “La primera etapa para que la independencia sea posible es que los corsos tengan garantizada una economía que les permita responder a sus necesidades”, indica.

El ‘Puigdemont corso’ El político, a quien el periódico Le Monde bautizó en noviembre como el Puigdemont corso, no esconde sus simpatías por los independentistas catalanes, de quienes conserva una estelada en su cuartel de Bastia, pero admite que “la cuestión económica juega un rol importante en la determinación del voto independentista” en Cataluña y que Córcega no es comparable.

El expresidente catalán Carles Puigdemont actuó a su juicio de forma prudente al convocar el referendo y “dio todas las oportunidades al diálogo”, pero “Madrid tenía una postura extremadamente firme” y ahora “es necesario sólo que gane las elecciones” del 21 de diciembre. Este abogado de 57 años de edad confía a su vez en que los corsos tendrán en diez años la libertad suficiente, especialmente económica, para poder decidir su destino.

El nacionalismo corso, señala, ganó primero la batalla de las ideas y posteriormente la electoral, poco más de un año después de que el grupo terrorista Frente Nacional de Liberación de Córcega (FNLC) anunciara en junio de 2014 su desmilitarización. “Estamos en otra etapa y vamos a pedir a los corsos poder seguir trabajando a su servicio”, indica Talamoni, convencido de que aunque en este tiempo el Ejecutivo central no ha escuchado sus peticiones, un nuevo triunfo electoral hará que “Francia se vea obligada” a hacerlo. Las reglas del juego, incluido el electoral, “no han sido fijadas por los corsos, sino por París, y hemos sido elegidos según esas reglas. Lo mínimo es tener en cuenta el resultado de la democracia”, añade.

Talamoni, que en actos oficiales se niega a cantar el himno nacional francés o a cortar la cinta nacional, no ve su actitud como provocadora. “Soy independentista desde siempre, desde que tenía edad de entender qué significa esa palabra. En París saben muy bien que no me puedo definir como francés porque soy independentista corso. Para mí no cantar la Marsellesa es algo natural”, expresa. - Efe