En un país como Italia, que se prepara para unas elecciones generales a partir del próximo febrero, la difusión de noticias falsas que condicionen el debate es un problema, por lo que sus partidos políticos ya discuten el modo de acotar su difusión. La semana pasada se difundió por internet una imagen que sostenía que algunos políticos habían asistido al funeral del mafioso Totò Riina, como la subsecretaria de la presidencia, Maria Elena Boschi, o la presidenta de la Cámara de los Diputados, Laura Boldrini.

Esta última es objetivo frecuente de este tipo de calumnias: en una ocasión se dijo que defendía a los inmigrantes porque su hermana -fallecida- gestionaba una cooperativa y se enriquecía con ellos, y en otra que veía “equivocado” celebrar la Navidad en las escuelas. Son solo algunas de las noticias falsas que campan por internet y que se intensifican al acercarse una cita electoral, según subraya ayer La Stampa, que asegura que Estados Unidos ya ha advertido a Roma sobre el fenómeno, identificado con una presunta ofensiva rusa. Por ello, el grupo del gubernamental Partido Demócrata (PD) en el Senado trabaja en un proyecto de ley que acote la difusión de mentiras y persiga a quien, amparado en el anonimato 2.0, difame en la red, de cara a una campaña electoral que se prevé intensa.

El texto sigue los pasos del ya aprobado en Alemania y aspira a responsabilizar a gigantes como Facebook o Twitter del contenido que difunden, que en caso de ser falso o delictivo deberán bloquear en un día, según informan los medios locales. En caso de ignorar las denuncias de los usuarios, enfrentarán multas de hasta cinco millones de euros. Todo apunta a que este proyecto no será aprobado a tiempo, pues la legislatura expira en febrero, sin embargo refleja el grado de preocupación de la política italiana por la desinformación de un electorado que pronto deberá cambiar el Gobierno.

El secretario general del PD, Matteo Renzi, que aspira a repetir en el Ejecutivo tras su dimisión del pasado diciembre, ha rechazado la aprobación de la ley, pero ha avanzado que cada quince días su formación presentará un informe sobre “las porquerías” de la red. Por su parte el candidato del Movimiento Cinco Estrellas (M5S), Luigi di Maio, expresó ayer su preocupación por este fenómeno y, por ello, ha propuesto que la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa monitorice la información electoral. En una entrevista a la pública Radio 1 tampoco se mostró favorable a una nueva ley: “Hay una fea praxis en la política italiana que pretende hacer una ley para cada problema”, criticó. Y es que, en su opinión, para combatir las falsedades que condicionan al ciudadano “bastaría una RAI (televisión pública) libre de partidos, editores limpios que gestionen los medios y una cultura de la información política que saque adelante la verdad”.

Muchos son quienes consideran que todo esto beneficia a la xenófoba Liga Norte y al M5S, quizá la formación más activa en la red, si bien en la última se declaran “víctimas” del fenómeno, tal y como ha asegurado la propia alcaldesa de Roma, Virginia Raggi. El secretario de la Liga, Matteo Salvini, ha publicado en varias ocasiones noticias falsas en sus redes sociales, casi siempre relativas a sus luchas contra el islam o los inmigrantes, como la violación de una niña casada con un musulmán en Padua, algo que nunca ocurrió. Omnipresente en el debate político, Salvini, muy crítico también con la UE, expresó su “fuerte preocupación” por esta amenaza, “que puede contaminar la campaña electoral”, pero subrayó que estas noticias también provienen de los medios tradicionales. “Estoy fuertemente preocupado por las fake news. No solo de las de Facebook, sino de las que provienen de periódicos e informativos de televisión sobre las mentiras del Gobierno sobre los impuestos, la inmigración y la falsa recuperación económica”, alegó.