París - La justicia francesa condenó ayer por blanquear decenas de millones de euros procedentes de la corrupción a Teodorín Obiang, hijo y muy posible delfín del presidente de Guinea Ecuatorial, con una pena de cárcel que sólo deberá cumplir si reincide, pero que constituye “una advertencia”, también a su ambición política. El Tribunal Correccional de París sentenció a Teodoro Obiang Nguema Mangue a tres años de prisión exentos de cumplimiento, así como a una multa de 30 millones de euros que tampoco tendrá que abonar a menos que vuelva a delinquir en Francia.

Lo que sí afrontará el actual vicepresidente de la antigua colonia española es el embargo de sus bienes comprados en Francia a comienzos de los años 2000 con dinero obtenido, según las tres juezas, mediante malversación de fondos y otras prácticas corruptas en su país, y valorados en más de 100 millones de euros. Eso incluye, en particular, el palacete en la avenida Foch de París que hace las veces de embajada de Guinea Ecuatorial y que fue vendido por Obiang hijo al Estado en 2011, en plena tormenta tras su inculpación. Una operación interpretada por la corte como una maniobra para evitar esta confiscación.

Guinea Ecuatorial recibió garantías el pasado julio de las autoridades francesas de la inviolabilidad de esa legación diplomática, al menos mientras dure el procedimiento que enfrenta ambos países ante el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya, que no se espera que se resuelva hasta 2019. La presidenta del tribunal, Bénédicte de Perthuis, explicó que teniendo en cuenta el contexto en este proceso -que se desarrolló en junio y julio en ausencia del acusado, como ayer en la lectura del veredicto- una condena efectiva de cárcel no hubiera sido “apropiada”, por lo que “la pena principal es, sobre todo, una advertencia”. De Perthuis añadió que la confiscación resultaba “inevitable” a la vista de las pruebas de culpabilidad, ya que no hay “comparación posible” entre los flujos de decenas de millones de euros en sus cuentas y los cerca de 80.000 dólares anuales que ingresaba. - Efe